Historias Burkina Faso | 28 febrero 2022

«Por Jesús acepto la muerte»

En un ataque contra su iglesia, Martine perdió a su padre, a su marido, a su hermano y a su cuñado.

 

 

Martine es una mujer de unos cuarenta años. La milicia yihadista que está arrasando su país también ha arrasado su vida. Asesinaron a su padre y a otros miembros de su congregación. Está destrozada, pero se agarra a Dios para encontrar consuelo, provisión y la gracia necesaria para soportar tanto dolor.

Martine es de Silgadji, una localidad situada al norte de Burkina Faso. El 28 de abril de 2019, según terminaba la reunión, su iglesia fue atacada por hombres armados. Acababan de escuchar un sermón sobre el amor al prójimo impartido por el pastor, padre adoptivo de Martine. 
Ella lo recuerda como si hubiese ocurrido ayer.

«Normalmente, es otro miembro de la congregación quien despide la reunión en oración, pero ese día fue él mismo quien lo hizo y preguntó: “¿Cuáles fueron las últimas palabras de Jesús?” Yo contesté: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen” Y nos hizo orar por nuestros enemigos». 

«Cuando salimos de la iglesia, nos dimos cuenta de que estábamos rodeados…»

Es muy probable que Martine nunca olvide la imagen de quienes los atacaron.

Incomprensible

A Martine le cuesta comprender cómo estas cosas tan horribles estaban pasando con la buena relación que había con sus vecinos musulmanes. «En nuestra localidad había una buena relación entre cristianos y musulmanes. No teníamos problemas. Nos amábamos. Algunas veces, ellos venían a hablar con nuestro pastor sobre lo que está ocurriendo en nuestro país. Algunos decían que tanto los cristianos como los musulmanes debían abandonar el país, pero mi padre decía que si era a causa de Jesús que querían que abandonase el país, él nunca lo haría, incluso si eso significaba la muerte… Él no le temía al que puede matar el cuerpo, pero no el alma». 

«Él solía decir, mientras señalaba al suelo con su dedo, “si tengo que morir a causa de Cristo, me podéis enterrar aquí, y que nadie llore por mí. Es por Jesús que acepto la muerte”».

Motivos de Oración
  • Da gracias a Dios por la restauración de Martine, así como del resto de viudas que viven su misma situación.

  • Ora para que puedan continuar siendo sanadas del trauma y para que sean liberadas de la pesada carga que llevan.

  • Ora para que se mantengan firmes en la fe, sin desviarse ni a la derecha ni a la izquierda.
Una oración por Martine

Señor, te doy gracias por la vida de Martine y por tu obra en ella y en el resto de las viudas que viven su misma situación. Te pido que continúes trabajando en su vida, para que sea completamente sanada y restaurada, y sea liberada del trauma y del dolor. También te ruego que guardes su fe, para que no falte en los momentos duros y difíciles. Amén.

Confiar en los propósitos de Dios

Martine y su esposo habían afrontado muchas adversidades juntos. Ella nunca pudo tener hijos, y en una ocasión sospecharon que alguien había podido envenenar a su esposo por celos.

Esas dificultades no les derrotaron.  

También sucedió que otro pastor, que iba a prevenirles del peligro aquel día, se perdió camino de la iglesia y no llegó a tiempo.
A pesar de todo, Martine cree que el Dios que fue capaz de preservarles de las aflicciones anteriores, e incluso sanar a su esposo cuando le envenenaron, también hubiera podido impedir su muerte en el ataque. Así pues, Él debe tener sus motivos.
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«Le dije al Señor: “De ahora en adelante Tú cuidarás de mi vida, día y noche. No tengo a nadie más que pueda ayudarme con mis problemas, solo Tú. Tú has permitido que ocurriera esto, Señor. Cuento contigo. Eres Tú quien me cuidará. No me desviaré ni a la derecha ni a la izquierda”. Cuando algo me alteraba, o me inquietaba algún pensamiento, le decía:

«Jesús, recuerda mi oración. No me desviaré ni a la derecha ni a la izquierda. Solo alzaré mi vista hacia ti. Mi esperanza está únicamente en la Cruz”».


Según era forzada a abandonar su hogar, pensaba: «No quiero que los que nos hicieron esto mueran sin conocer a Cristo». No sabía qué le depararía el futuro y ya ni tenía palabras con las que orar. «Quería abrir mi boca para orar y preguntar por qué, por qué…» pero de su boca solo salían gemidos. A pesar de todo había decidido confiar en Dios. «Si conoces a Dios, tienes que dejar tus problemas en sus manos y seguirle, y Él te guiará».

Fiel proveedor

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Gracias a la generosidad de personas como tú de todas partes del mundo, Puertas Abiertas ha podido ofrecer ayuda urgente a cristianos desplazados como Martine. Al menos 2000 familias se han beneficiado de las ayudas alimentarias (arroz, maíz, alubias, aceite) que les han permitido sobrevivir, al menos por unos meses, en distintos lugares.

Martine y otras 87 mujeres enviudadas en circunstancias similares, también han recibido atención postraumática. «Las sesiones de atención postraumática me han ayudado. He redescubierto el gozo a través del cursillo. Me ha permitido recuperar la paz interior. Las enseñanzas que me habéis proporcionado me han regenerado y me han restaurado las fuerzas».

«Os doy las gracias por haber pensado en nosotras, sabiendo que somos viudas desamparadas. No habéis ignorado nuestros corazones rotos. Habéis venido a ayudarnos y a fortalecernos, para que nuestros cuerpos recobren la salud y podamos tener una vida mejor».

35€
Podrían servir para capacitar a una mujer para desempeñar algún trabajo
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«De veras, me ha dado fuerza esta capacitación. Desde el primer día, cuando empezaron a explicarnos cómo se comporta un ser humano cuando le han partido el corazón, y cómo estas heridas pueden ser sanadas. También cómo se pueden curar las heridas físicas. Cuando la profesora empezó a explicar estas cosas mi corazón comenzó a revivir. Empezaba a sanar y al mismo tiempo volvía a sentir gozo». 

«Gracias a todos vosotros que os pusisteis de acuerdo y decidisteis ayudar a aquellos que sufrimos esto. Dios os bendiga y fortalezca. Que Dios os acompañe y empodere para alcanzar la visión que Él os ha dado. Que nunca os arrepintáis de la obra que estáis llevando a cabo. Dios os bendiga. Que el Señor agrande vuestra obra. En el nombre de Jesús».