Rebeca no se detendrá ante nada para servir a las mujeres norcoreanas que anhelan seguir a Jesús.
El peligro es extremo. Si son capturadas, podrían pasar el resto de sus vidas en prisión.
Sin embargo, para esta trabajadora de Puertas Abiertas el peligro merece la pena. «Es un riesgo que estoy dispuesta a asumir. Las mujeres a las que voy a ver corren un riesgo mucho mayor».
Los cristianos de todo el mundo se enfrentan a niveles de violencia y opresión extremos. La situación es cada vez peor.
Ora por los cristianos perseguidos. Tu oración puede llegar a los lugares más peligrosos del planeta.
Si tienes la posibilidad, haz un donativo. Con 55 € podríamos proveer a los refugiados que huyen de la persecución extrema un paquete de ayuda básico.