Nunca ha sido fácil poner en práctica el mandamiento de Jesús de «amar a vuestros enemigos y orar por los que os persiguen» (Mateo 5:44-45), especialmente en situaciones de una violencia tan brutal e inimaginable como la que ha tenido lugar hace poco en África.
Estas palabras de la Biblia se han convertido en la oración de nuestros hermanos de Burkina Faso tras el asesinato de 15 creyentes el pasado 25 de febrero. Un presunto grupo islámico extremista atacó a los cristianos durante su culto de alabanza de una iglesia en el nordeste del país.
«Os pedimos que oréis por los autores del ataque», compartieron nuestros colaboradores locales. «Orad para que conozcan a Jesús y se arrepientan de este mal que están causando».
Jean-Pierre Sawadogo, el líder de una iglesia de la zona, contó a nuestros colaboradores lo sucedido en este local cristiano de Essakane: «Era domingo y los creyentes estaban reunidos en la iglesia para su celebración conjunta de las 8 de la mañana. De repente, entraron unos hombres en motocicletas y empezaron a disparar a todos los presentes. Trece de ellos murieron en el acto y otros dos más tarde, a causa de las heridas».
Sawadogo recuerda detalles muy concretos, imágenes que han quedado grabadas en su memoria.
«También asesinaron a un niño pequeño que estaba sentado junto a su padre», nos cuenta. «Los únicos supervivientes fueron dos hombres sentados junto a las mujeres porque formaban parte del coro». Un contacto local nos ha hecho llegar un vídeo en el que se ve la iglesia con el suelo cubierto de sangre, los bancos desplazados y los zapatos de los creyentes amontonados.
«Os invitamos a orar por salud para los heridos y por consuelo para los corazones afligidos»
Jean-Pierre Sawadogo, líder de una iglesia en Burkina Faso
Se trata del ataque más reciente de una serie de atrocidades cometidas en el país, muchas de ellas contra los cristianos. Tan solo unos días tras el ataque en Essakane, varios extremistas asaltaron otros tres pueblos en la provincia de Yatenga y acabaron con la vida de 170 personas. Según informa la agencia de noticias AFP, los supervivientes relatan que docenas de mujeres y niños fueron asesinados. Entre las víctimas, se encuentran también cristianos.
El fiscal emitió un comunicado el pasado domingo confirmando los «ataques letales masivos» en los pueblos de Komsilga, Nodin y Soroe.
El pastor Toyere Israël, de Yatenga, también habló con los colaboradores locales de Puertas Abiertas sobre el impacto de los continuos ataques contra las iglesias de la región septentrional del país: «La gente de la región estaba pudiendo regresar a su casa. Pero esa esperanza que renacía en nuestros corazones se ha visto paralizada por todos estos ataques».
Hasta el momento, ningún grupo ha reivindicado la autoría del atentado, pero se tiene constancia de que en el país hay grupos terroristas activos vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico.
Burkina Faso, que es conocido por su tolerancia religiosa, se enfrenta ahora a una creciente amenaza para la convivencia pacífica. «Los seguidores de Jesús se han visto afectados de una forma desproporcionada por la escalada rebelde del norte del país. Las iglesias y comunidades cristianas son el blanco de numerosos ataques», explica Jo Newhouse, la portavoz de Puertas Abiertas en África Subsahariana. Añade que los musulmanes que no se adhieren a los grupos islámicos extremistas también están «sufriendo mucho».
Aparte de los atentados contra vidas, hogares e iglesias, la situación de violencia actual ha provocado el desplazamiento interno de 2 millones de burkineses (1 de cada 10). Además, más de 800 000 personas se encuentran bajo asedio de grupos militares islámicos.
«En estos momentos tan dolorosos, os invitamos a orar por salud para los heridos y por consuelo para los corazones afligidos», comparte Sawadogo. «Que este ataque no haya sido en vano y que Dios lo use para el crecimiento y fortalecimiento de la Iglesia del norte de Burkina Faso».
Puertas Abiertas empezó a trabajar en Burkina Faso en 2019, cuando la violencia yihadista aumento radicalmente. Nuestra visión es que la Iglesia pueda responder a la persecución de manera bíblica, atendiendo a los más afectados a través de formaciones (sensibilización sobre la persecución), ayuda humanitaria y atención espiritual y postraumática.
Señor, los habitantes de Burkina Faso necesitan tu provisión tras estos ataques mortales. Te pido por todos mis hermanos allí presentes, que avives su fe y les proveas de todo lo necesario para vivir, aunque sea en campos de desplazados. Por favor, detén esta masacre y transforma los corazones de los que las perpetran. Impulsa al Gobierno a actuar en favor de los cristianos y de toda la población, y guía a las iglesias para que sean un faro de luz. Amén.