Además de esto, con la situación de cuarentena y aislamiento en la que se encuentra el país a causa del coronavirus, tampoco pueden conseguir esa comida en otro lugar, como hacían antes, encontrándose miles de familias cristianas totalmente abandonadas a su suerte, ya que ni siquiera el gobierno indio se preocupa por ellos.
El pastor Samuel, un colaborador local en India nos cuenta un testimonio, acerca de la provisión sobrenatural de Dios aún en las situaciones más desesperadas: "Había un pastor que necesitaba comida urgentemente. Ya no podía mantener más a su familia y no quería verlos morir lentamente. A causa de la desesperación, él y su esposa habían decidido suicidarse con su familia. Entonces, de manera milagrosa y justo a tiempo, uno de nuestros ayudantes en el ministerio llegó para traerles la comida que necesitaban. Sin duda, esta fue una asombrosa provisión del Señor.”
Para mí, esta es la muestra de que el clamor desesperado de los hijos de Dios en India es atendido fielmente por el poder de Dios. Aun cuando muchas veces ellos son llevados a situaciones extremas a causa de sus perseguidores.
También recuerdo la enseñanza de nuestro Señor en el evangelio de Lucas 18 acerca de la oración, y la importancia de recordar la promesa hecha por Jesús acerca de la fidelidad de su respuesta. Y es que, aunque nosotros perdamos en ocasiones la esperanza de recibirla, nuestro Dios nunca olvidará su respuesta hacia nosotros.
Nuestro Dios no es un juez injusto que importunado por la insistencia de la viuda accede a conceder su petición, nuestro Dios es amor, es un Padre que de ninguna manera dejará sin responder las peticiones de sus hijos cuando insistentemente elevan un clamor de ayuda.
Y tú, ¿Estás dispuesto al igual que la viuda, a insistir con tu causa ante la presencia del Juez justo de toda la Tierra?