¿Cómo respondes, como cristiano, cuando encuentras tu casa saqueada, cuando ves cadáveres en la calle, cuando personas que conocías fueron asesinadas, cuando eres testigo de atrocidades que no puedes describir?
Ivan Rusyn, presidente del Seminario Teológico Evangélico de Ucrania (UETS) lo ha visto, y más, en Bucha, la ciudad a la que llama hogar. Bucha, en el norte de Ucrania, llegó a los titulares internacionales después del descubrimiento de cientos de civiles muertos cuyos cuerpos fueron encontrados en las calles tras la retirada del ejército ruso.
El pastor, que actualmente se encuentra en una casa segura y que va y viene de su comunidad, le cuenta a Christianity Today sobre su viaje espiritual: que parte del «Dios, rompe los huesos de mi enemigo» hasta llegar a un santo Aleluya para concluir en el «grito susurrado a Dios… para que intervenga».
«Luchamos contra un gigante».
Ivan Rusyn, pastor ucraniano
Rusyn no solo ve cómo a través de la guerra su país está cambiando, sino también su fe. «Mi cristianismo, mi teología de la misión, está en proceso de remodelación», dice. «Todas las semanas estamos sirviendo la comunión, experimentando la presencia de Dios y la solidaridad con extraños y soldados, al aire libre. Hay cientos y miles de iglesias sirviendo activamente, y el cristianismo evangélico se volverá cada vez más una parte de la sociedad».
Pero él también lucha. «Luchamos contra un gigante. Quiero decir que veo la mano de Dios obrando. Aquí en la casa segura, puedo. Pero cuando vuelva a Bucha mañana, ¿puedo decírselo a la anciana? ¿Puedo decirle que Dios está obrando en su vida? Teológicamente, creo que es cierto. Pero frente a tanto sufrimiento, me faltan fuerzas para comunicarlo».
Señor, sólo Tú sabes cuando terminará el conflicto, pero te pido que traigas la paz a Ucrania. Te ruego que hagas que la situación cambie, y especialmente te pido que guardes a tu pueblo. Proteje a líderes como Rusyn para que continúen sirviendo a tu iglesia. Amén.