Olya arriesga su seguridad al compartir su testimonio como creyente rusa y su papel en el conflicto. Sin embargo, en medio de la incertidumbre, ella muestra amor al pueblo ucraniano, deseando que se alcance la paz.
Comparte que cuando comenzó la invasión no podía creer lo que sucedía: «Lloraba todos los días porque me enteraba de situaciones terriblemente violentas. No podía soportar el sufrimiento y el ambiente de muerte. Me dolía saber que aún los cristianos
estaban sufriendo por la guerra», indica.
«No podía soportar el sufrimiento y el ambiente de muerte».
Olya, creyente rusa.
Aún en la adversidad, la Iglesia en Rusia continúa intercediendo activamente por la paz, realizando jornadas de oración desde que amanece hasta que anochece. Además, ayunan y recaudan fondos para apoyar a los creyentes ucranianos más afectados por el
conflicto bélico, aunque este segundo aspecto está siendo cada vez más difícil debido al cierre de fronteras.
«Agradezco a quienes interceden con los cristianos en Ucrania y en Rusia, pues en este momento las oraciones son muy necesarias. Continuad orando, por favor».
Señor, te ruego que intervengas en esta situación de conflicto entre Rusia y Ucrania, que Tú frenes la invasión. Te doy gracias por el ejemplo de unidad de tu pueblo, que se apoya y se unen sin importar las fronteras. Te pido que sigas brindando los recursos que necesitan, y que mantengas viva su esperanza. Amén.