Reflexiones 04 junio 2021

¿La voluntad de Dios? Da gracias

Uno de los grandes retos de todo aquel que quiere desarrollar una vida de fe en Jesús consiste en dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo sé cuál es la voluntad de Dios para mí?

 

 

Unos intentan responderla tratando de comprender cual es el área ministerial que tendrán que completar en sus respectivos lugares, otros lo harán a través de las grandes decisiones que envuelven sus vidas familiares, profesionales o sociales.

Y la realidad es que ningunas de estas posturas son equivocadas en sí mismas. Por supuesto que necesitamos descubrir y conocer cuál es el sentido que Dios tiene preparado para la vida de cada uno de nosotros, pero hay algo más que Dios desea y pide abiertamente a su pueblo, y no es la correcta elección de uno u otro trabajo, ni un determinado desarrollo ministerial, ni siquiera la elección de la pareja adecuada.

Esta petición se muestra a todos nosotros cuando el apóstol Pablo dedica las últimas palabras de su epístola a la iglesia en Tesalónica. No debemos pasar por alto las implicaciones de esta sencilla pero reveladora instrucción:

«Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús

Es interesante notar, que esta es una de las pocas veces en la Biblia que se nos muestra explícitamente y de manera concreta cuál es la voluntad de Dios para su pueblo, y ciertamente descubrimos que no se trata de qué debemos hacer o no hacer, sino más bien, qué debemos ser.

Dar gracias en todo, es una actitud que nace del interior y se refleja en cualquier ámbito de la vida. Dar gracias en todo indica que seguimos el rumbo correcto marcado por la brújula del contentamiento. Esta manera de relacionarse con cualquier circunstancia de la vida muestra que Cristo es el centro de nuestro eje, que somos conscientes que en Él hemos hallado el verdadero propósito y que en Él nos sentimos completos y colmados de lo que verdaderamente importa.

La voluntad de Dios es que abandonemos toda insatisfacción, queja o reproche y que, toda situación por adversa que sea la consideremos accesoria, pues ahora encontramos la verdadera plenitud no en lo mismo que el mundo lo encuentra, sino en lo que Cristo nos ofrece.

Una vez más, esto es real en la vida de aquellos que tienen que enfrentar cada día las duras consecuencias de seguir a Cristo. Kikeo es un joven creyente laosiano de 17 años, es el séptimo hijo de Chamchai, un evangelista encarcelado a causa de su compromiso con la Palabra de Dios. A continuación, Kikeo nos cuenta cómo admira a su padre y cómo confía en que Dios cuidará de él y su familia pase lo que pase:

«Para mí, mi padre es mi héroe. Trabajaba duro cada día para asegurarse de que nos alimentáramos física y espiritualmente. También es como el apóstol Pablo de la Biblia. Siempre se preocupó por satisfacer la voluntad de Dios y siempre trató de complacer a Dios sin importar la persecución a la que se enfrentara. Esta es la tercera vez que mi padre es enviado a prisión, pero sé que Dios siempre cuidará de sus hijos, especialmente cuando están en peligro.

Dios siempre cuida de sus hijos; siempre lo hace. Lo hizo con mi padre la primera vez, y seguirá haciéndolo en el futuro. Siento que Dios está siempre con nosotros. Incluso durante la ausencia de mi padre, Dios le ha dado a mi madre la fuerza necesaria para mantener a la familia y que nunca pasáramos hambre

Dar gracias a Dios en todo, de la misma manera que a Kikeo, nos orienta a mirar por encima de las circunstancias y a nunca ser gobernadas por ellas. Dar gracias en todo refleja que nuestra meta y confianza absoluta han sido ya completadas en el cuidado y reposo que obtenemos en Cristo. Un descanso que nada ni nadie puede dar y que nos hace comprobar que verdaderamente esta es la voluntad de Dios para todos nosotros.

¿Estás dispuesto a vivir una vida de gratitud por lo que Cristo es en tu vida?