Reflexiones Brunéi | 08 agosto 2020

Elora, un corazón ardiente en Brunei.

¿Te has preguntado alguna vez qué se siente al vivir como una joven creyente en Brunei, un país donde los cristianos son una minoría y la Sharia se ha convertido en la ley imperante? Este es el testimonio de Elora, una creyente de 20 años.

 

 

"¿Por qué quieres ser cristiana?" "¿Por qué es tan importante para ti ser cristiana?" Estas no son preguntas que todo niño de escuela tenga que responder. Pero Elora era la única cristiana en su escuela.

Ella estaba siendo constantemente bombardeada con preguntas como estas sobre su fe. Sus maestros y sus compañeros aprovechaban cada oportunidad para cuestionar su religión y tratar de avergonzarla, pero Elora sabía que tenía que ser audaz con sus respuestas y su fe, aunque no había nadie más allí que la apoyara.

Su madre la guio en la fe desde muy joven y su difunto padre era muy activo en la iglesia. Creció conociendo la Biblia en la iglesia, pero también aprendió sobre el Islam en la escuela, ya que esta era una materia obligatoria para todos los estudiantes en las escuelas del gobierno, y todavía lo es hoy.

Pero su mayor reto le sobrevino en la universidad cuando conoció y se enamoró de un joven musulmán. Después de unos meses de lucha, Elora rompió la relación y cortó toda forma de comunicación con su novio. "Se derramaron muchas lágrimas en ese año. Pero ese año fue el año en que realmente encontré el amor de Cristo. Tenía 21 años."

Una y otra vez, vio a otros jóvenes cristianos pasando por situaciones similares. Elora es una de las pocas que se fortaleció en su fe ante tales tentaciones. Lamentablemente, muchos se alejaron de Cristo, se casaron con sus esposas musulmanas y se convirtieron al Islam.

Con la implementación de la Sharia, Elora también se dio cuenta de que sus amigos cristianos se reprimían en su pasión por Cristo. Aquellos que una vez fueron audaces compartiendo su fe, ahora se han vuelto inactivos. Enseñar el Evangelio a los cristianos está todavía permitido, pero sólo dentro de las cuatro paredes de la iglesia.

"Los creyentes ya no están dispuestos a correr riesgos. Los padres deciden no enviar a sus hijos a los eventos públicos de la iglesia tampoco. Algunos de mis amigos incluso han dicho que ya no ven un lugar para ellos en la iglesia", dice Elora.

A pesar de todas las dudas que pueda ver a su alrededor y considerando el reto que supone compartir su fe en su país, Elora nos sorprende con la siguiente declaración: "Mi corazón late más rápido cuando se trata de Brunei. Hay una carga que no puedo explicar.

Sin duda alguna, este es el corazón que siente la compasión y el amor de Cristo por las personas. Es el corazón que está dispuesto a todo para que todos aquellos que le rodean e incluso le maltratan, conozcan quien es Dios y cuan grande es su amor por ellos.

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