En torno a las 23:00 del 29 de julio, un grupo de hombres armados atacó la aldea de Angwan Aku. Los atacantes fueron de puerta en puerta y sacaron a todas las mujeres que encontraron de sus casas y luego las llevaron a Kutura, una ciudad desierta por los continuos ataques. Allí violaron a las mujeres durante horas.
Una de las víctimas, EV*, de 18 años, cuenta: «Estábamos durmiendo cuando oímos un golpe fuerte en la puerta. Entraron por la fuerza y ordenaron a mi marido que se tumbara en el suelo mientras mi hijo, de menos de un año, gritaba a viva voz. Me llevaron mientras luchaba y suplicaba por mi hijo, que estaba enfermo. Me obligaron a salir, golpeándome con la culata del rifle en el ojo. Me juntaron con las chicas que ya había secuestrado del pueblo».
Otra de las víctimas, TJ*, de 25 años, indica que sus agresores le dieron dos opciones: «Nos dijeron que debíamos elegir entre ser violadas por los miembros de la banda o que se llevaran a nuestros seres queridos. Les dijimos que somos demasiado pobres para pagar el rescate, así que nos llevaron y violaron durante toda la noche».
«Si no encuentran hombres para matar, violan a las mujeres».
Colaborador local
Cada una de las mujeres fue violada por hasta cinco hombres antes de que las dejasen en el monte que rodea la aldea.
«Esto forma parte de la estrategia para destruir a las comunidades cristianas, atacando todo lo que aman. Si no encuentran hombres para matar, violan a las mujeres. Esto crea un profundo impacto en las familias cristianas», explica un colaborador local.
Puertas Abiertas está trabajando con estas mujeres, ofreciéndoles ayuda médica y atención postraumática.
40€
Podrían dar formación bíblica a un creyente que sufre persecución extrema
DONA AHORA
Mantente al día
Recibe las últimas noticias y conoce cómo ser parte de la respuesta.
SUBSCRÍBETE AHORA