Noticias Irán | 14 junio 2023

Sahar vive las promesas de Dios

Tal vez recuerdas a Sahar, una creyente que tuvo que abandonar su hogar. Se ha convertido en un ejemplo de fe y resiliencia.

 

 

Tal vez recuerdes a Sahar, una cristiana iraní que tuvo que huir tras ser detenida. Las autoridades iraníes le dijeron que, si no dejaba de implicarse en la iglesia, la enviarían a la cárcel para cumplir una larga condena. Ahora, Sahar vive con su familia en Turquía. Ha continuado creciendo en la fe y la comparte con otras mujeres como ella — conversas de trasfondo musulmán.

Sarah está a cargo del ministerio de las mujeres en su nueva iglesia. Dirige reuniones de oración, ofrece orientación y enseña la Palabra de Dios. Comparte las buenas nuevas con mujeres mayoritariamente iraníes y afganas, tanto por internet como en persona. Cuando estas mujeres aceptan a Jesús, las acompaña en su discipulado. Recientemente, incluso ha grabado y publicado vídeos para compartir el evangelio con un público todavía más amplio, gracias al equipo de comunicación de su iglesia.

Como es de esperar, no todo el que oye cree. Pero Sahar también permanece en contacto con aquellas mujeres que no aceptan a Jesús directamente, y ora con ellas y las aconseja. Muchas de ellas se encuentran en situaciones todavía más difíciles que la que vivió Sahar. «Hago todo lo que puedo», comparte. «Estoy a su lado, oro con ellas y las consuelo».

Para Sarah, es verdaderamente importante que las mujeres vean y entiendan su valor en Cristo. «Si analizamos la historia de Irán, observamos que el gobierno del actual régimen islámico ha tenido repercusiones profundamente negativas para las mujeres como ningún otro», explica. «Nos han arrebatado tantas cosas: nuestra identidad, nuestro estatus social, nuestra paz; nos han dejado tantas cicatrices, y todo por lo que el islam dice de las mujeres».

Sahar también ve la mano de Dios en las protestas recientes en Irán, en las que miles de mujeres se manifestaron en contra del trato que reciben del régimen iraní. «Dios obró de forma preciosa en esas protestas y pudimos ver una toma de conciencia y un despertar entre las mujeres iraníes como nunca antes», dice. «Tras tantos años de oscuridad en el que las mujeres estaban perdidas, por fin se están encontrando a sí mismas. Están luchando por ellas mismas, por sus seres queridos y por sus derechos. Este prolífico avivamiento es resultado de la obra de Dios, y creo que cuando Él comienza algo, se encarga de terminarlo. Sé que el Señor está llamando a Su pueblo; ahora mismo en Irán hay más mujeres que hombres convirtiéndose, y estas mujeres fieles educarán a sus hijos y guiarán a sus familias por el buen camino. Con fe, espero en la victoria del Señor».

En busca de su llamado

La vida actual de Sahar es una respuesta a sus oraciones y una prueba de que Dios es fiel a Sus promesas. «Recuerdo perfectamente cuando Dios me llamó y me dijo que quería usarme para llegar a las naciones», comparte con una sonrisa. «Mi respuesta fue “Señor, solo soy una mujer, ¿cómo voy a hacerlo?”. Pero ahora, tras 18 años, miro atrás y veo cómo Dios ha transformado mi vida y la ha usado para cumplir con sus promesas y propósitos. ¡Valoro tanto lo que Dios ha hecho en mí!».

Este llamado hace que hasta los días difíciles valgan la pena. «Hace un par de días, me desperté con una gran desesperanza», dice Sahar. «De camino a la iglesia, de repente me di cuenta de dónde estoy ahora; recordé cómo Dios me encontró y todos los milagros que ha obrado en mi vida. Una vez más, pensé en todas las buenas obras que Dios ha hecho y está haciendo en mi vida, y decidí apuntarlas en un papel. Al escribir sobre mi vida y cómo Dios me está usando para ayudar a otros, pude ver el impacto de mi ministerio. No se trata de mí, de Sahar, sino del Espíritu Santo que está en mí e inspira a otras mujeres de mi iglesia, mi ciudad, mi país y más allá. Es maravilloso ver cómo el Señor está bendiciendo a otras personas a través de mí».

Un camino de desafíos

Eso no quiere decir que en Turquía todo sea un camino de rosas para Sahar y su familia. La vida en este país puede resultar difícil para los refugiados iraníes, ya que normalmente no pueden trabajar ni ir al colegio, y no es fácil llegar a fin de mes. Las personas a las que Sahar ayuda en su ministerio sufren mucha presión, aparte de los desafíos derivados de seguir a Jesús.

«Las mujeres cristianas tienen mucha necesidad; necesitan que alguien las escuche y sentirse amadas, necesitan orientación, formación y recursos», explica Sahar. «Quiero hacer todo lo que esté en mi mano. Dios me ha dado una visión y la estoy llevando a cabo. Sin embargo, es inevitable enfrentarse a desafíos; mi vida y mi ministerio son mucho más complejos debido al lugar donde vivo, las limitaciones, las dificultades y mis preocupaciones como madre. El 2023 ha estado lleno de batallas espirituales y siento muchísima presión. Es muy duro escuchar las historias del día a día de las mujeres en Irán y Afganistán, que tanto dolor, persecución y dificultades sufren. A veces es demasiado abrumador. Creo que lo llaman “trauma secundario”. Pero Dios me restaura cada día, y así puedo seguir haciendo lo que hago».

La elevada inflación en Turquía y las secuelas de los terremotos de febrero dificultan todavía más la vida de Sahar. Además, compagina su ministerio con ser madre de dos niños, lo que a veces resulta insostenible. «Hace un mes, sentí que tanta presión era insoportable, y quería darme por vencida», comparte Sahar. «Así que decidí buscar ayuda y asesoramiento. Mi terapeuta me animó a dejar todo en manos de Dios y rendirme a Él. También me aconsejó que me tomara unos días libres y desconectara».

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ORA

Ora por los cristianos refugiados en Turquía, ya que se enfrentan a muchas dificultades.
Ora por Sahar y por su familia, para que Dios los ayude a permanecer firmes.
Ora por resiliencia y fe para el pueblo de Dios en Oriente Medio.

UNA ORACIÓN POR SAHAR Y SU FAMILIA
 

Señor, te doy gracias por el testimonio de fe y resiliencia de Sahar, y oro para que muchos creyentes sigan su ejemplo. Te pido por ella y por su familia, para que les ayudes a permanecer firmes. También por los creyentes que tienen que abandonar sus hogares por causa de la persecución, para que les ayudes a establecerse en un nuevo lugar. Amén.