Noticias 08 junio 2020

Los ataques hacia cristianos son cada vez más frecuentes en Turquía.

Un hombre arrancando una cruz de una iglesia cristiana en Estambul es el último incidente de una lista cada vez más larga.

 

 

El pasado sábado 23 de mayo las cámaras de seguridad captaron la imagen de un hombre quitando la cruz de la puerta de la Iglesia de San Gregorio (Estambul). Esto ocurría justo dos semanas después de que un hombre intentara prender fuego otra iglesia cristiana de la capital.

En febrero, un grupo de atacantes destruyeron varias lápidas de uno de los cementerios cristianos. Además, un sacerdote cristiano fue arrestado bajo acusaciones de terrorismo.

En el mes de enero se denunció la desaparición de un matrimonio de ancianos cristianos de su aldea. Tras un tiempo se encontró el cuerpo sin vida de la mujer, pero aún no hay rastros ni se conoce el paradero de su marido. El matrimonio se acababa de mudar a una zona de conflicto de la que la mayor parte de las comunidades históricamente cristianas habían huido.

“Si bien es cierto que durante el 2019 experimentamos un pequeño descenso de los incidentes físicos y online hacia los cristianos de Turquía, hemos podido observar que se trataba de algo temporal y que el odio hacia los cristianos sigue más vivo que nunca”, nos cuenta Michael Bosch, Analista de la Persecución de Puertas Abiertas. Según sus palabras “El propio presidente Erdogan no favorece la situación declarando que los cristianos pertenecen a fuerzas malignas cuyo objetivo es atacar a Turquía”.

Educación y propaganda

La Educación juega un papel fundamente en la creación de este entorno de odio. Seyfi Genç, periodista turco, contaba al medio de noticias Ahval lo siguiente: “Las semillas de odio se plantan de forma muy amplia. Se empieza en las propias escuelas primarias, a través de los libros impresos por el ministerio nacional de Educación, que muestran a los cristianos como enemigos y traidores.

Sin embargo, el arma principal del gobierno es la manipulación a través de la televisión. Muchas cadenas que reciben dinero del gobierno utilizan su contenido para oprimir y discriminar a las minorías religiosas. Según Aykan Eredemir, investigador del Instituto Hudson, “Payitaht Abdülhamidd, un drama histórico y una de las series más famosas del país, cuya productora y emisora es la TRT o la Cadena Estatal Turca de Radio Televisión es una serie claramente antisemita y anticristiana”.