Noticias Arabia Saudí | 28 octubre 2015

Las iglesias están prohibidas pero Dios sigue bendiciendo a sus seguidores.

A pesar de que las iglesias están terminantemente prohibidas en Arabia Saudita y convertirse al cristianismo se castiga con la muerte, Dios continúa bendiciendo el Cuerpo de Cristo en este país tan cerrado. Por ejemplo, los milagros están ocurriendo entre los trabajadores migrantes. Las historias de los migrantes de India Jaywant y Prabhakara muestran cómo continúa la obra de Dios, incluso bajo presión extrema.

 

 

Arabia Saudita es el corazón del Islam y donde se encuentra La Meca, la ciudad más sagrada para los musulmanes. Todos uno de los 19 millones de ciudadanos saudíes son considerados musulmanes por ley. Hay estimaciones de que tan sólo una minoría son secretamente cristianos. Si se llegase a saber que alguien se había convertido, su vida estaría en riesgo no sólo por parte del gobierno; su familia podría matarlo sin esperar castigo.

Alrededor de un millón de los ocho millones de trabajadores migrantes en Arabia Saudita se consideran cristianos. Muchos de ellos son de Filipinas, la India y de países africanos como Etiopía y Eritrea. Tienen que reunirse en secreto y no pueden evangelizar públicamente. Dentro de los grupos de trabajadores migrantes son capaces de compartir el amor de Cristo y de tocar las vidas de las personas en formas a menudo milagrosas.

Jaywant, un hindú, se trasladó a Arabia Saudita hace unos años para ganarse la vida, dejando a su esposa e hijos en India durante un tiempo. Dentro de la comunidad migrante hindú, Jaywant se ganó rápidamente una mala reputación por su mal comportamiento. Además, mantuvo una relación con una mujer en Arabia, siéndole infiel a su esposa e hijos en India.

"Entonces, uno de nuestros creyentes lo invitó a venir a una reunión secreta," dice un cristiano de India que ministra en secreto en Arabia Saudita. Este trabajador ministra a un grupo de creyentes, 80% de los cuales tienen trasfondo hindú.

"Voy a venir a la reunión, pero sólo una vez," Jaywant respondió. Cumplió su palabra y se presentó en la reunión. Y justo allí, mientras adoraban, Jaywant llegó a la fe en Jesús. Fue así de simple.

Salió de la reunión sorprendido por la manifestación de Dios en su vida. Como consecuencia, comenzó a cambiar su estilo de vida. "A través de la consejería él abandonó sus adicciones y terminó la relación con su amante" dice el obrero cristiano. "Aunque fue muy duro, él fue capaz de volver a su esposa en la India y de pedirle su perdón".

Prabhakara, otro nuevo creyente también fue incapaz de resistir el amor de Cristo mientras vivía en Arabia Saudita. Creció en una familia cristiana de India. Su abuela estaba a cargo de un ministerio cristiano; su padre también era un cristiano comprometido. Pero Prabhakara se había rebelado. Él se separó de la iglesia en su adolescencia y se había negado a orar desde entonces. Incluso cuando se le pedía que llevara a la gente a las grandes reuniones cristianas al aire libre, él prefería esperar en el coche hasta que regresasen y se negaba rotundamente a unirse a la adoración.

Hace unos años decidió dejarlo todo y empezar a trabajar en Arabia Saudita. La vida allí resultó ser menos prometedora de lo esperado. Pero la comunidad migrante de India llegó a Prabhakara y él logró instalarse. Uno de los hermanos cristianos le pidió que ayudase a pintar la habitación donde se celebraban los cultos de adoración y él accedió. Esta fue la decisión que cambiaría su vida.

"Todo comenzó con él pintando. El siguiente paso fue su decisión de unirse a una de las reuniones cristianas y después que nos haya permitido orar con él", cuenta el líder del grupo. Se hizo amigo de Prabhakara y lo invitó a quedarse en su casa durante una semana porque el joven necesitaba un lugar para alojarse mientras tomaba lecciones para obtener su permiso de conducción en Arabia.

"El grupo aprovechó la oportunidad para orar y que Dios quitase la carga del corazón de Prabhakara", dice uno de sus amigos. "Compartimos la Palabra de Dios con él día y noche. Cuando fue el momento adecuado, otro amigo le dijo directamente a Prabhakara: "Por favor, pídele a Dios que entre en tu vida esta noche". Él leyó Mateo 16:26 con él:"¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?".

Prabhakara comenzó a llorar y siguió llorando toda la noche. Al día siguiente se saltó sus clases de conducción y comprometió completamente a dar su vida a Jesús. "No sólo eso, sino que tomó la decisión de servir a Dios por completo", recuerda su amigo. Prabhakara luego fue bautizado. Después de eso, él se acercó a su familia en la India y se restableció su relación.

* Nombres cambiados por razones de seguridad

Artículos relacionados