Más de la mitad de la población de Mozambique es cristiana: 19,1 millones de los 34 millones de personas que viven allí.
Los cristianos de Mozambique se enfrentan a una serie de problemas que ponen en grave peligro su libertad y bienestar.
El auge del extremismo islámico en el norte del país, especialmente en regiones como Cabo Delgado, ha tenido un impacto devastador en la vida de los creyentes. Se han quemado iglesias, pastores han sido secuestrados, y muchos asesinados. El objetivo de estos grupos es establecer un estado islámico estricto, y los cristianos son a menudo blanco de ataques, como símbolos de resistencia a esta ideología extremista.
Además, los cristianos se ven a menudo atrapados en el fuego cruzado del conflicto vigente entre las fuerzas gubernamentales y los grupos yihadistas, lo que los hace aún más vulnerables a la violencia y el desplazamiento.
Mozambique también se ha convertido en un importante centro de tráfico de drogas, y la presencia de cárteles contribuye a crear un clima de anarquía y violencia, que afecta indirectamente a la comunidad cristiana. Los jóvenes que trabajan en las iglesias corren un riesgo especial, ya que a menudo se les considera una amenaza para los cárteles.
El Gobierno también restringe la libertad religiosa y, dentro de las familias y la sociedad, los creyentes pueden sufrir hostilidad, especialmente los conversos del islam.
Aunque el nivel de violencia yihadista descendió ligeramente durante el periodo que abarca este informe, el nivel de temor entre los cristianos va en aumento debido a la creciente influencia del grupo islamista al-Sunnah wa Jama'ah (ASWJ), sobre todo en las regiones del norte de Mozambique. Se teme que los yihadistas se extiendan por provincias fuera de Cabo Delgado, lo que supone una agilidad de los militantes frente a las fuerzas regionales. El Gobierno no está adoptando medidas políticas significativas, más allá de las operaciones militares, para abordar las causas profundas del conflicto y hacer frente a la creciente influencia del grupo yihadista. Si no se pone en marcha una estrategia más integral, la amenaza que supone el grupo islamista puede intensificarse, lo que conllevaría más desafíos a la hora de garantizar la estabilidad y la seguridad en Mozambique. Además, la capacidad del Gobierno para suprimir la información sobre los incidentes significa que de muchos de estos acontecimientos no se tiene conocimiento fuera de las fuentes locales.
«El ataque empezó temprano...así que le dije a mi mujer: "Tenemos que quedarnos aquí en nuestra casa y orar para que Dios nos salve porque es imposible escapar"»
Pastor Paulo, pastor en un campo de desplazados internos en Cabo Delgado
Los cristianos son más vulnerables en la provincia septentrional de Cabo Delgado, donde los militantes islámicos son especialmente activos, pero se han producido ataques incluso fuera de esta región.
La creciente amenaza del extremismo islámico en Mozambique ha hecho a las mujeres y niñas cristianas muy vulnerables a secuestros, violencia sexual, matrimonios forzados y esclavitud doméstica.
Mozambique tiene también una de las tasas de matrimonio infantil más altas del mundo, con un 53% de niñas casadas menores de 18 años. Esto se ve a menudo favorecido por las escasas oportunidades de educación y empleo para mujeres y niñas. Los padres cristianos pueden sentir la presión cultural de ajustarse a las normas de la comunidad obligando a sus hijas a casarse con musulmanes, aunque ello tenga implicaciones para su fe. Estos matrimonios pueden ser abusivos y traumatizar tanto a las víctimas como a sus familias.
Mientras tanto, los conversos del islam o de religiones tradicionales africanas son vulnerables a la persecución desde dentro de sus propias familias. Esto puede incluir el divorcio, el matrimonio forzado, la pérdida de custodia de los hijos y ser desheredado. Y en las regiones orientales de mayoría musulmana, las mujeres y niñas cristianas están obligadas a cumplir el código de vestimenta islámico en todas las escuelas musulmanas y en las zonas comunales.
El principal motor de la persecución en Mozambique es la opresión islámica, sobre todo en el norte, y los militantes islámicos se han cebado especialmente con los hombres y niños cristianos. Esto incluye el reclutamiento forzoso de niños en las filas de las milicias.
Mientras tanto, los líderes religiosos han sido objeto de acoso por parte de las autoridades por ser críticos con el Gobierno y denunciar la persecución. Los pastores también han denunciado la denegación de visados de salida y el encarcelamiento de hasta tres años en campos de reeducación.
«Ha traído verdadero consuelo a esta comunidad. Les ha dado esperanza. Vuestra ayuda les ha elevado espiritualmente. Podemos ver un cambio en sus corazones. Se puede ver en sus caras».
Antonio
Puertas Abiertas apoya a los cristianos perseguidos en el norte de Mozambique proporcionándoles ayuda de emergencia, capacitación para sobrevivir a la persecución y proyectos de capacitación económica.
Señor Jesús, recordamos a nuestros hermanos de Mozambique que han sufrido ataques de extremistas islámicos. Rodéalos con tu consuelo e infunde nueva esperanza en sus corazones. Protege a tu pueblo en esta tierra y frustra los planes de los grupos militantes. Oramos por una mayor seguridad y un gobierno más fuerte en el país, que conduzcan a una mayor protección y libertad para todas las personas, incluida nuestra familia perseguida. Prepara a tu pueblo con la audacia, la sabiduría y la fuerza necesarias para resistir la oposición y ser sal y luz en sus comunidades. Espíritu del Dios vivo, visita de nuevo a tu pueblo en Mozambique. Amén.
Muy Alto