Alertas de Oración Siria | 21 marzo 2024

Presionados durante el Ramadán

Varios cristianos sirios cuentan las tensiones y dificultades que viven durante el mes sagrado islámico

 

 

Cada Ramadán, los cristianos de Siria se preparan para pasar un mes difícil que este año transcurre del 11 de marzo al 8 de abril. Este periodo de 30 días es sagrado para los musulmanes y se caracteriza por el ayuno desde el amanecer hasta el anochecer. Se pretende que sea un tiempo para que los seguidores del islam busquen con más intensidad a Dios, obedeciendo sus mandamientos y estudiando el Corán; se trata de un evento tan importante que es uno de los cinco pilares del islam.  

En muchos países de mayoría musulmana, los empleadores suelen acortar la jornada laboral durante el Ramadán. De este modo, los practicantes de esta religión que se levantan tarde a comer y los que se levantan antes del amanecer para la comida de la mañana pueden recuperarse y acudir tarde al trabajo.  

Esto se debe a que la comida sólo está permitida después de la puesta del sol, por lo que la cena puede prolongarse hasta altas horas de la noche. La mayoría de los cristianos de Siria hacen todo lo posible por respetar el horario de sus vecinos y comunidades, por lo que intentan comer y beber sólo en lugares cerrados donde no haya musulmanes. 

Pero durante el ayuno, problemas como el hambre, la sed y la falta de nicotina (los musulmanes también están obligados a no fumar durante el Ramadán) pueden provocar situaciones en las que los cristianos se sientan condenados al ostracismo, frustrados e incluso maltratados. 

Ward* es una mujer cristiana de 35 años que trabaja en una oficina de Alepo (Siria). «Para mí, el Ramadán es el mes de las peleas y los insultos de mi jefe», asegura. «Cuando ayuna, tiene que luchar contra su adicción a los cigarrillos. Por ello, viene frecuentemente a mi oficina y se mete conmigo sin motivo. Cualquier cosa puede provocarle un estallido de ira». 

«Para mí, el Ramadán es el mes de las peleas y los insultos de mi jefe»

WARD*, OFICINISTA DE 35 AÑOS EN ALEPO

Al no tener forma alguna de predecir los ataques de su jefe, Ward dice que intenta anticiparse a todas las tareas y posibles dificultades para poder tener un día sin recibir malas palabras en el trabajo de su parte. 

Esta hermana siria describe el pasado Ramadán como todo un mes de faltas de respeto, en el que fue sometida a diferentes tipos de presiones verbales y físicas. No podía beber ni comer y, al mismo tiempo, estaba sobrecargada de trabajo porque su jefe defendía que «la gente que no ayuna puede encargarse de todo el trabajo». 

El maltrato hacia los que no celebran su fiesta tradicional no acaba ahí. Las empresas suelen dar a los empleados una bonificación antes de la fiesta que rompe el ayuno del Ramadán, Eid al-Fitr (es como una paga extra de Navidad en muchos otros países). Pero en el caso de Ward, no la recibió el año pasado y, cuando preguntó por qué se la denegaban, le dijeron sin rodeos: «¡Está prohibido dar dinero de al-Fitr a los infieles!». 

Ward lleva varios años en su trabajo y no cree que dejarlo sea una solución, ya que la situación sería probablemente la misma en otro lugar. «Dado que la mayoría de la gente en Siria es musulmana, es imposible que encuentre un puesto de trabajo sin este tipo de incidentes», afirma. «Si quieres vivir aquí, tienes que ignorarlo y dejarlo pasar»

El problema de comer 

Reem* es una mujer cristiana de 25 años de Damasco que comparte la misma opinión. «La mayoría de mis compañeros y vecinos son musulmanes, así que es lo que hay», asegura. «Nosotros [los cristianos] tenemos que cuidar mucho nuestro comportamiento durante este mes». 

Pero esa precaución no siempre es fácil. Reem recuerda un Ramadán en el que, sin darse cuenta, bebió agua mientras caminaba por la calle. Inmediatamente, vio que la gente a su alrededor la miraba con desprecio. «Incliné la cabeza y corrí para alejarme de los testigos que me habían visto cometer este acto prohibido», recuerda. «Un hombre no pudo dejar pasar lo que había hecho. Cuando pasé junto a él, murmuró este versículo del Corán: '¡Si eres probada y has caído en pecado, entonces escóndete y no te exhibas con tus pecados!’». 

La madre de Reem tuvo una vez una experiencia similar cuando fue a comprar comida al comienzo del Ramadán. «Estaba comprando especias en el mercado antiguo de Damasco sin darse cuenta de que ya había empezado el Ramadán», recuerda su hija. «Cogió un poco de comino y lo probó. Esto enfadó tanto al vendedor que se negó a venderle nada». 

Las tiendas donde se pueden comprar los ingredientes para la cena suelen abrir después de la oración del mediodía. Los restaurantes abren media hora antes de la puesta de sol y permanecen abiertos hasta pasada la medianoche para acomodar a los que ayunan. 

«Lo que más echo de menos durante el Ramadán es el olor a café recién hecho por la mañana y disfrutar de una taza mientras respondo a los correos electrónicos», dice Reem, que espera con impaciencia su taza matutina de café en el trabajo. 

«Nosotros [los cristianos] tenemos que cuidar mucho nuestro comportamiento durante este mes»

REEM*, CRISTIANA DE 25 AÑOS EN DAMASCO

Una perspectiva diferente 

Sarah* es una estudiante universitaria cristiana de 21 años de Alepo con una experiencia diferente del Ramadán que, aunque sea más positiva, no es apreciada por los líderes religiosos islámicos. «Me gusta mucho el Ramadán», dice. «Durante este mes, me siento especial porque algunos de mis amigos musulmanes de la universidad sólo se atreven a salir conmigo. Pueden comer y beber a mi alrededor sin recibir las miradas condenatorias de sus otros compañeros musulmanes». 

La experiencia del mes sagrado del Ramadán puede variar para los cristianos sirios de una ciudad a otra e incluso de un barrio a otro. Todo depende de lo estricta que sea su comunidad musulmana. 

Pero independientemente de dónde vivan o de lo intensa que sea la presión, los cristianos sirios no tienen más remedio que afrontar las consecuencias de ser diferentes durante este mes. Por ello, es un buen momento para estar con ellos en oración y recordarles que pertenecen a un cuerpo global de seguidores de Jesús. 

*Nombres cambiados por motivos de seguridad.

33 €
Podrían proporcionar un paquete de alimentos a una mujer cristiana para sobrevivir durante un mes.
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ORA

Ora por una pacífica y respetuosa convivencia entre los seguidores del Ramadán en Siria y los que no lo practican.
Ora por los cristianos que van a ser presionados y discriminados por sus compañeros o jefes musulmanes durante el Ramadán.
Ora por los musulmanes que ayunan buscando a Dios, para que tengan un encuentro personal con Jesús.

UNA ORACIÓN POR SIRIA
 

Señor, te pido que te manifiestes durante este mes especialmente las vidas de los cristianos sirios y todos aquellos que van a pasar por dificultades por no seguir el Ramadán. Cuídales de todo tipo de abuso y dales sabiduría para saber cómo reaccionar. Preséntate como ese Dios de amor y resurrección ante los musulmanes que están buscando esa realidad espiritual durante este mes de ayuno. Amén.