En el corazón de Nigeria, Sele se viste con sus mejores galas. Él y su familia se preparan para el culto de Nochebuena. Mañana volverán para un segundo culto del día de Navidad. «Lo mejor de la Navidad son las obras de teatro que vemos en la iglesia, las canciones que cantamos y los regalos de Navidad que nos entregan».
Después del culto del día de Navidad, la familia de Sele y sus vecinos disfrutan de una humilde comida y cantan juntos. Y si hay un poco de dinero extra, tal vez cada uno abra un pequeño regalo. Pero en la mesa y a lo largo de las celebraciones, hay un asiento vacío del que la familia es dolorosamente consciente. El padre de Sele no está. Fue asesinado en 2011 por ser cristiano. «Sele nunca conoció a su padre, Salomón», explica Cecilia, la madre de Sele. Salomón fue asesinado cuando Sele tenía solo dos años.
Cecilia se las ha arreglado para seguir cultivando sin su marido. Pero no puede hacerlo sin la ayuda de Sele y sus hermanos.
Para algunos niños, el campo que rodea su casa es lo más lejos que llegará su futuro, simplemente porque no hay dinero extra para la escuela. Pero gracias a tu apoyo, Sele puede ir a una escuela donde estudiar y soñar con influir en la vida de las personas.
En el aula, Sele es estudioso. Se concentra y participa con entusiasmo. «Algún día, cuando sea mayor, me gustaría ser médico. Quiero salvar vidas y ayudar a la gente», dice.
Ofrece una imagen feliz y saludable, y esto es gracias al Señor, quien le proporcionó una madre temerosa de Dios, una familia amorosa y una gran comunidad de hermanos en el resto del mundo que continúan facilitando su educación.
Sele dice: «Quiero dar las gracias a los hermanos que me ayudan a pagar los gastos escolares; que Dios os bendiga».
Escríbele unas palabras de ánimo a Sele y hazle saber que no está solo.
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