Historias Irán | 21 noviembre 2021

Un lugar para adorar

Los cristianos iraníes de habla persa no tienen un lugar en el que puedan orar juntos.

 

 

Sra. Michelle Bachelet 

Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos 

Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) 

Palacio de las Naciones 

CH-1211 Geneva 10 

Suiza  
 

9 de noviembre del 2021  

 
Los cristianos iraníes de habla persa no tienen un lugar en el que puedan orar juntos 

Estimada Alta Comisionada Bachelet,  

    

Somos un grupo de organizaciones cristianas unidas comprometidas con la promoción y protección de los derechos humanos y con el deseo de que se reconozcan los derechos humanos a todos, en Irán e internacionalmente.  

Nos dirigimos a usted para solicitar su intervención urgente a favor de los cristianos de habla persa de Irán, cuyo disfrute del derecho a la libertad de religión o de creencias (FoRB, por sus siglas en inglés) y de expresión están siendo violados de forma generalizada1 , ya que actualmente no tienen un lugar donde reunirse para celebrar su culto. Este grupo incluye conversos al cristianismo de origen musulmán y cristianos armenios y asirios que desean celebrar su culto en el idioma nacional (persa), ya que muchos no hablan ni entienden ningún otro idioma. 

La mayoría de las iglesias de habla persa de todas las denominaciones han sido cerradas a la fuerza en los últimos años, sólo quedan cuatro pequeñas que se mantienen bajo estrecha vigilancia de las autoridades. A estas no se les permite aceptar visitas ni admitir nuevos miembros.  

Las autoridades iraníes no permiten que los conversos acudan a las iglesias de las comunidades armenia y asiria, cuyos derechos están reconocidos por la Constitución del país. Además, a estas comunidades se les prohíbe hacer su servicio en persa para disuadir aún más a los conversos de asistir. Esto significa que la única opción para un cristiano de habla persa es rendir culto en casas particulares, en lo que se conoce como «iglesias en casa». Sin embargo, el régimen iraní considera que pertenecer a una iglesia en casa es un «acto contra la seguridad nacional», castigado con hasta cinco años de prisión. Plantar o dirigir una de estas iglesias también se considera un delito contra la «seguridad nacional» y conlleva una pena de hasta diez años de prisión. 

Por lo tanto, reunirse pacíficamente en comunidad con otras personas para manifestar sus creencias religiosas, tal y como se articula en las convenciones internacionales de derechos humanos, se ha calificado como un delito relacionado con la «seguridad», y los cristianos son cada vez más detenidos simplemente por reunirse para orar o estudiar la Biblia.  

Sólo en 2020 se conocieron al menos 115 casos distintos de cristianos perseguidos por las autoridades por ejercer pacíficamente sus creencias religiosas. Un total de 237 personas fueron objeto de ataques y se dictaron condenas de prisión combinadas de 147 años (1.760 meses)2. En lo que va de 2021, al menos 53 cristianos han sido detenidos y muchos más esperan audiencias judiciales inminentes. En la actualidad, al menos 17 cristianos perseguidos por la práctica pacífica de sus creencias religiosas están cumpliendo condenas de entre dos y diez años. Otros dos se encuentran en exilio interno ordenado por el Estado tras haber pasado ya años en prisión. 

En noviembre del año pasado, altos cargos de la ONU, entre ellos el Relator Especial sobre la libertad de religión o de creencias, Ahmed Shaheed, y el Relator Especial sobre los derechos humanos en Irán, Javaid Rehman, escribieron a Irán sobre las denuncias por la «persecución de miembros de la minoría cristiana en Irán, incluidos los conversos del Islam, así como la detención de docenas de cristianos, la mayoría de los cuales han sido condenados por ejercer su derecho a cumplir y rendir culto libremente a su religión». Ese mismo mes, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU concluyó que Irán era culpable de detención arbitraria en el caso del pastor Yousef Nadarkhani, un cristiano converso que cumplía una condena de diez años de prisión, más tarde reducida a seis, por dirigir una iglesia en casa. 

A principios de este año se hicieron cambios en los artículos 499 y 500 del Código Penal Islámico de Irán relativos respectivamente a la pertenencia u organización de «grupos contra la seguridad» y «propaganda contra el Estado» que ofrecen a las autoridades un margen aún mayor para presentar cargos contra miembros de grupos religiosos minoritarios no reconocidos, como los cristianos de habla persa, por motivos falsos y ambiguos.3 

Los cristianos de habla persa se preguntan ahora dónde pueden reunirse libremente para celebrar culto. Su llamamiento a la libertad de culto, de expresión, de asociación y al derecho de reunión pacífica también aborda una cuestión más amplia compartida con otras comunidades religiosas que también sufren violaciones del derecho de reunión y de los derechos y libertades asociados. Por consiguiente, la mejora de la situación de los derechos humanos de los cristianos de habla persa también beneficiaría a otras comunidades religiosas y étnicas minoritarias. 

Irán es signatario sin reservas del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR, por sus siglas en inglés), que en su artículo 18 establece el derecho de culto y el derecho a adoptar una religión o creencia de elección. A los cristianos de habla persa se les niega el disfrute de sus derechos más básicos en virtud del ICCPR. Además, la propia Constitución de Irán, en su artículo 13, considera a los «iraníes zoroastrianos, judíos y cristianos», independientemente de su etnia, género e idioma, como «minorías religiosas reconocidas, que, dentro de los límites de la ley, son libres de celebrar sus ritos y ceremonias religiosas, y de actuar según su propio canon en asuntos personales y de educación religiosa». Así pues, Irán contraviene claramente sus obligaciones tanto en virtud del derecho internacional como de las protecciones de su propia Constitución. 

Le agradeceríamos que hiciera uso de sus buenos oficios para realizar gestiones ante las autoridades iraníes, solicitando: 

  1. La aclaración sobre dónde pueden reunirse los cristianos de habla persa para hacer culto libremente sin arriesgarse a ser acosados y encarcelados por cargos excesivos. 

  1. La liberación incondicional de los presos de conciencia cristianos actualmente encarcelados o exiliados por practicar pacíficamente sus creencias religiosas. 

  1. El fin de la actual represión contra las iglesias en casa, sus líderes y asistentes, y de todas las redadas, arrestos, procesamientos, encarcelamientos y otras formas de maltrato contra ellas. 

Le agradecemos su vital labor de promoción y protección de los derechos humanos en países de todo el mundo, así como su tiempo y consideración de esta correspondencia.  

Nuestros mejores deseos, 

FIRMANTES DE LA CARTA 

Article18 
Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés) 
Middle East Concern 
Puertas Abiertas  
International Christian Concern 

Release International 

Church in Chains 

Stefanus Alliance International  

Prayer Pioneers 

Steadfast Global