Quizá no sabías que, hace tan solo 4 años, Myanmar colapsó bajo el peso de un nuevo golpe de Estado militar. Es normal, ya que las protestas de la población fueron silenciadas por lluvias de plomo y miles de personas perdieron sus hogares.
Ser cristiano en este país ya era difícil, pero después la situación se volvió realmente crítica, como ha contado el pastor Yang*.
«Recuerdo claramente aquel fatídico día en que empezó el golpe en 2021. Incluso antes del golpe, los cristianos ya teníamos pocos privilegios. Pero después, nuestra iglesia fue clausurada por las autoridades»
A pesar de que el pastor Yang y su familia tienen algo de apoyo para satisfacer sus necesidades diarias, la constante amenaza de violencia y el creciente acoso por parte de los grupos radicales sigue haciendo sus vidas extremadamente vulnerables.
➡️ Conoce a los cristianos desplazados en la campaña #NingunLugarSeguro: puertasabiertas.org/desplazados.
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