El marido de Dina fue asesinado por hablar de Jesús a su mujer y otros afganos, pero su legado continúa transformando vidas.
«Mis hermanos cristianos intervinieron, proporcionándome ayuda económica y alimentaria para mí y mis tres hijas. Vuestro apoyo ha sido una fuente de fortaleza para sortear los retos», agradece esta cristiana afgana.
La pareja creció en la fe e incluso compartió con otros la esperanza que encontraron en la Biblia, un acto peligroso en Afganistán.
Allí, ser descubierto como cristiano y compartir tu fe en Jesús te convierte en objetivo de los talibanes y del estrecho sistema de etnias y grupos tribales de la sociedad afgana, que ve la conversión religiosa desde el islam como una traición a la familia, la tribu y la nación.
Conoce a otros cristianos clandestinos perseguidos en Oriente Medio y el norte de África en la campaña «Un secreto peligroso».
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*Nombre cambiado por motivos de seguridad.