Divisiones en las iglesias, luchas por el poder en las congregaciones, sobornos por parte de las autoridades, etc. Todo esto muestra la gravedad de la presión y los ataques que está sufriendo las iglesias del norte de África. Según uno de los trabajadores en el ministerio de la zona: "Esto evidencia la pérdida de la visión del Reino de Dios y de su obra".
A pesar de todo esto podemos dar gracias al Señor porque está levantando una nueva generación de líderes jóvenes provenientes de un trasfondo musulmán. Estos hombres y mujeres fieles, a pesar de su corta experiencia, están cuidando a los recién conversos y trabajan a favor de la extensión del Evangelio con vidas genuinas de oración y comunión con Dios.
Sin embargo, gobiernos como el de Argelia no están facilitando la situación en un ambiente de creciente crispación. El país ve de forma continua como las iglesias son cerradas de una tras otra. Esto lleva a incrementar la tensión, el estrés y el agotamiento de las fuerzas de los líderes de estos países.
Aun así, en medio de esta situación de crisis, tenemos fe en que el Señor obrará de forma maravillosa. Donde un cristiano es perseguido o una iglesia es atacada, el Espíritu Santo encuentra formas nuevas y creativas de abrirse paso y comunicar las buenas noticias.
Ante la presión tan grave y continua por parte de diversos factores, es acertado decir que el futuro de la iglesia del Norte de África depende de la intervención divina de Dios y de la acción de su pueblo. Por ello pedimos que puedas unirte a nosotros en oración. Hay mucho dolor, estrés, confusión y preocupación. La fe de los cristianos en estos lugares está siendo puesta a prueba.