Historias Siria | 08 septiembre 2022

Jesús, luz del mundo

El pastor Edward dirige un Centro de Esperanza en Damasco.

 

 
La guerra civil está causando estragos en Siria. 250 000 personas han muerto, millones han huido de sus hogares y otros tantos viven en medio de una crisis humanitaria. También la iglesia languidece a manos del Estado Islámico, mientras los cristianos pierden la esperanza y se marchan del país.

Eso fue en 2015. «La iglesia estaba desangrándose», dice el pastor Edward, colaborador local de Puertas Abiertas y pastor de la Iglesia de la Alianza en Damasco (Siria). «Perdimos el 60% de nuestros miembros».

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Cuando mira atrás, Edward utiliza palabras como desafiante, aterrador y frustrante. «En realidad la crisis continúa, no vemos el final. Tuvimos experiencias positivas y otras negativas. Hubo momentos de dolor, personas que murieron o quedaron heridos. Pero también hemos visto la luz divina en medio de la oscuridad. Él estaba allí. Hay muchas historias de protección».

Aunque la crisis está lejos de terminar, Edward dice: «Cuando pase la tormenta y miremos atrás, veremos cómo se ha movido la mano del Señor. Algunos lugares fueron duramente golpeados, pero allí también vimos como se expandió el Reino de Dios. Dios permite crisis en nuestras vidas porque tiene grandes propósitos a través de ellas. Es duro, pero somos de alguna manera instrumentos en sus manos».

  

«Dios permite crisis en nuestras vidas porque tiene grandes propósitos a través de ellas». 

Grandes propósitos

El pastor explica como la iglesia trató de apoyar a la gente: «La iglesia ha distribuido artículos de ayuda a los más necesitados. Fueron meses en los que repartíamos más de mil paquetes. Trajimos amor y cuidado a las personas necesitadas en el nombre de Cristo. Ganamos el respeto de nuestra comunidad porque la gente se sintió conmovida por lo que hicimos por ellos».

«La situación en Siria es peor que antes. La economía se ha hundido y la clase media está a punto de morir de hambre. Estamos ante una situación devastadora y la gente está tratando de escapar», dice el pastor Edward. «Quizás os sorprenda que, a pesar del final de la guerra y el cese de las explosiones, la situación actual es mucho peor, ya que la economía está completamente colapsada».

Por ello, la gente continúa marchándose. «La semana pasada, una familia de nuestra iglesia se marchó, y eso nos ha dejado rotos». Más del 60% de los miembros de la iglesia han emigrado fuera del país. «Vinieron otros miembros que encuentran paz y esperanza en la iglesia. Pero, por supuesto, son diferentes».

Ora con Edward
  • Da gracias a Dios por la fidelidad del pastor Edward y pídele que renueve sus fuerzas.

  • Ora para que el trabajo de la clínica haga que muchos puedan recibir esperanza.

  • Ora para que la iglesia no sólo sobreviva, sino que crezca y dé fruto.

Confiar en Dios

Con los ojos llenos de lágrimas, Edward añade: «Prediqué durante la crisis sobre las promesas del Señor, pero aprendí la lección y ahora no prometo un futuro mejor. La gente dice: “son solo teorías, no tienen nada que ver con la vida real”. Pero se trata de confiar en la soberanía de Dios y experimentar su presencia. Debemos enfocarnos en cumplir el propósito de Dios en nuestra vida».

Una oración por Edward
Señor, te doy gracias por la fidelidad del pastor Edward. Te ruego que multipliques sus fuerzas y renueves su ánimo, para que su trabajo tenga fruto. Te pido que, a través de la clínica, tu amor sea conocido por aquellos que aún no son tus hijos, y que la iglesia pueda llevar un mensaje de esperanza hasta el último rincón del país.

A nivel personal, Edward y su esposa, Raina, han tenido dificultades durante los dos últimos años por las restricciones. No han podido visitar a sus hijos, residentes en Estados Unidos.

«Ellos están profundamente preocupados por nosotros. Tenemos una nieta que nació cuando comenzó la pandemia y aún no hemos podido visitarla».

Durante el tiempo de crisis, Edward y su iglesia se sintieron apoyados por el Cuerpo de Cristo en el mundo.
 

«No nos sentimos solos. La ayuda de la iglesia de todo el mundo es esencial. Nosotros hemos sido profundamente bendecidos en nuestro espíritu, porque sabemos que no estamos solos, que somos parte del Cuerpo de Cristo, que estáis de nuestro lado. Aunque pasan los años, continuáis apoyándonos. Por supuesto, apreciamos el apoyo y la oración de la iglesia global».

Jesús, luz del mundo

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Durante más de una década, el pastor Edward ha dirigido un Centro de Esperanza, una clínica llamada «Jesús, Luz del Mundo», que atiende a más de 1 500 personas cada mes. Está a las afueras de Damasco, y allí acuden tanto cristianos como musulmanes.

«Es de gran ayuda para la gente, especialmente para aquellos que, de otra forma, no podrían afrontar los gastos médicos». Establecida para los refugiados iraquíes que llegaban a Siria en 2006, la clínica continúo abierta cuando comenzó la guerra. Damos gracias a Dios que, con el apoyo de muchas personas, pudimos continuar con tarifas casi gratuitas para los pacientes, ofreciendo un alto nivel de servicios médicos».

La gente aprecia la clínica porque sienten el respeto y el amor del personal. Muchos de los que llegan se hacen preguntas sobre Cristo y el Evangelio. Por el nombre de la clínica, todo el mundo es consciente de que se trata de una clínica cristiana.

«Son conscientes de que hay algo diferente».

50 €
podrían brindar servicios médicos a dos creyentes vulnerables
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«Tratamos no solo de brindarles apoyo médico, sino también de construir relaciones personales. Los pacientes provienen de diferentes trasfondos, pero la mayoría de ellos no son cristianos: sin embargo, son conscientes de que hay algo diferente».