En muchos de los casos, las autoridades incluso se han negado a proporcionar los documentos necesarios para iniciar el complejo, largo y costoso proceso de solicitud. En otros, las solicitudes de registro han dado lugar a represalias, como la exigencia policial de que los cristianos protestantes renuncien a su fe.
Muchas comunidades religiosas querrían obtener el permiso del Estado para existir legalmente, pero se les impide registrarse. Otras comunidades no lo han solicitado, pensando que las autoridades no las registrarán o que se enfrentarán a interrogatorios policiales u otro tipo de agravios.
Un cristiano, que desea permanecer en el anonimato por temor a lo que podría pasarle, indicó: "Algunas de las iglesias han intentado registrarse varias veces sin éxito desde 2018." Las solicitudes también se han enfrentado a negativas por parte de las autoridades locales a la hora de proporcionar una carta que confirme la existencia de las comunidades cristianas.
Los miembros de una iglesia protestante cuyo registro fue solicitado a finales de 2019 fueron llamados a la comisaría de su ciudad unos meses después. "La policía nos preguntó por qué nos hicimos cristianos y nos exigió que renunciáramos a nuestra fe", compartió un miembro de la iglesia. "Esto nunca había ocurrido antes, ni siquiera cuando nos multaban. Esto sucedió porque pedimos el registro".