Historias 01 mayo 2025

No hay lugar seguro

El pastor Yang* no tiene un hogar estable, pero aun así se atreve a servir a otros cristianos desplazados

 

 
En febrero de 2021, el ejército tomó el poder, derrocando al gobierno existente en Myanmar. El golpe dio lugar a protestas masivas y movimientos de desobediencia civil en todo el país. Las manifestaciones fueron violentamente reprimidas por parte de la junta militar y dieron lugar un conflicto despiadado, con miles de muertos y desplazados. El pastor Yang* y su mujer se encuentran entre los afectados que escaparon de la ciudad donde servía como profesor y pastor de jóvenes. Huyeron a su ciudad natal, pero tuvieron que trasladarse en múltiples ocasiones después, en busca de seguridad. A pesar de estar desplazados en su propio país, Yang está apasionadamente comprometido en servir a otros creyentes también desplazados y colabora con Puertas Abiertas para alcanzar a muchos cristianos perseguidos y ofrecerles apoyo espiritual y práctico.
 
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Las ramas desgarran la ropa y los brazos del pastor Yang* mientras corre por el bosque, llevando de la mano a su hijo pequeño. Su esposa va delante, tropezando con las raíces. Pero no pueden permitirse el lujo de detenerse… 

«Corremos, y a veces gateamos, porque nos disparan. A veces huimos durante una semana entera buscando un refugio donde sobrevivir. A nuestras espaldas, las bombas siguen cayendo». 

En lo profundo del bosque, el pastor Yang extiende una lona y su familia se mete debajo. «Si ven dónde estamos, volverán a bombardear aquí», dice. Pero no tienen agua, ni comida, y los niños lloran. No tienen nada. 

Tan solo seguir estando vivos supone una lucha terrible y desesperada. 

Pero para el pastor Yang esto no es un hecho aislado. Desde 2021, cuando la Guerra civil de Myanmar se intensificó, esta familia ha sido forzada a huir repetidamente cada vez que intentaban asentarse en una nueva ubicación. Su dinero, robado; sus pertenencias, saqueadas; sus iglesias, señaladas… Para los seguidores de Jesús en Myanmar, ningún lugar es seguro. 

«Me siento tan impotente porque no puedo hacer que mi propia familia se sienta segura», admite. «Ya sabes, a veces sentimos que Dios no está con nosotros». 

«No puedo hacer que mi propia familia se sienta segura» 

Guerra brutal 

En Myanmar, los creyentes han sido muy perseguidos desde hace mucho tiempo, pero el golpe de 2021 intensificó su sufrimiento. 

Los bombardeos militares destruyeron las comunidades e iglesias cristianas, asesinando a miles de personas. Y estimamos que hay unos 40 000 cristianos que han sido desplazados o forzados a vivir escondidos. 

Cuando los creyentes huyen, pierden comida, refugio y seguridad, y su fe es probada como nunca antes. Como la gente se ha dispersado, la Iglesia acaba debilitada y se pone en riesgo su propia existencia. Con el conflicto aún en marcha, los cristianos desplazados de Myanmar corren el riesgo de acabar siendo olvidados. 

«Nos sentimos muy solos porque estamos aislados de la gente», dice con tristeza el pastor Yang. «Los miembros de mi iglesia se están dispersando por todas partes. Y es muy difícil visitarlos porque, si salimos fuera, en cualquier momento y lugar pueden llegar los disparos y las bombas». 

Persecución constante 

Recuerda con demasiada claridad la primera vez que fue forzado a dejar su casa. Era un pastor joven recién casado, y estaba comprando en el mercado cuando la policía le preguntó sobre una manifestación. 

Seguir a Jesús en Myanmar nunca ha sido fácil. Pero el joven pastor y su esposa sintieron que este interrogatorio era diferente. «Nos invadió la inseguridad y decidimos irnos», dice el pastor Yang. 

Y no han parado de desplazarse desde entonces.  

Yang era el pastor de una iglesia pequeña, pero los miembros de su congregación estaban con ojos vendados y retenidos a punta de pistola; la comunidad estaba dispersada. En otra ocasión, les robaron la moto del pastor Yang y los fondos que tenían guardados para emergencias. Casi el sueldo de dos meses. 

La familia no podía quedarse.  

Actualmente y tras años de convulsión, pobreza y estrés, el pastor Yang está exhausto y agotado. « La carga de huir de un lugar a otro con niños muy pequeños pesa mucho sobre mí y mi esposa», nos confiesa. «Vivimos en medio de disparos y bombas que explotan. Sentimos que nos pueden matar en cualquier momento. Incluso cuando voy a comprar comida, oro: ‘Dios, ayúdame a volver con bien’». 

180 000 desplazados 

En todo el mundo, más de 180 000 cristianos han sido desplazados o viven escondidos por la persecución violenta, según estimaciones de Puertas Abiertas. Pero se trata de una crisis que difícilmente aparece en los titulares de los medios de comunicación. 

Nuestra visión es que los cristianos forzados a dejar sus casas permanezcan con una fe firme, resilientes ante la persecución, y fortalecidos para ser luz resplandeciente en sus comunidades.  

Con tus oraciones y apoyos, Puertas Abiertas puede proveer ayuda de emergencia, formación de liderazgo y ayuda práctica, médica y jurídica. 

Y sobre todo, tu apoyo muestra a cristianos como el pastor Yang que, aunque estén desplazados, no están olvidados. 

«Sabemos que las oraciones de los creyentes de todo el mundo nos protegen», agradece el pastor Yang. «A pesar de que a veces nos sentimos desesperados e indefensos, sabemos que Dios está con nosotros. En nuestra familia oramos juntos cada noche pidiéndole a Dios que nos fortalezca». 

Y añade: «Hay un Dios todopoderoso. Él nos sostiene. A veces, queremos tirar la toalla, pero entonces somos impulsados a seguir adelante y servir al Señor». 

Gracias a Dios, el lugar donde residen el pastor Yang* y su familia no se vio muy afectado por el terremoto. El pastor Yang nos compartió: «Mi familia está sana y salva. El lugar donde nos alojamos no se vio muy afectado por el terremoto, por lo que no hubo daños estructurales». Sin embargo, ellos y su comunidad de iglesia se ven afectados por el drástico aumento de los precios de los productos básicos. 

*Nombre cambiado por motivos de seguridad 


ORA

Da gracias por el pastor Yang y por su increíble resiliencia. Ora por perseverancia y seguridad para él y su familia.
Ora por los aproximadamente 40 000 creyentes desplazados en Myanmar, para que les llegue comida, refugio y ayuda práctica.
Ora por los cristianos de todo el mundo que han sido forzados a dejar sus casas por la violencia y la persecución, para que sepan que no están solos.

UNA ORACIÓN POR EL PASTOR YANG
 

Señor, gracias por la vida del pastor Yang y por la fortaleza que le has dado en medio de la prueba. Te pido que sigas dándole perseverancia y que protejas a su familia. Oro también por los miles de creyentes desplazados en Myanmar, para que puedan recibir alimento, refugio y ayuda concreta. Y te pidio por todos mis hermanos en el mundo que han tenido que huir por causa de su fe, para que sientan tu presencia y sepan que no están solos. En el nombre de Jesús, amén.