En febrero de 2021, los militares tomaron el poder y derrocaron al gobierno de Myanmar. El golpe provocó protestas generalizadas y movimientos de desobediencia civil en todo el país. Las manifestaciones fueron reprimidas violentamente por la junta militar y desembocaron en un conflicto brutal, con miles de muertos y desplazados.
Fruto de esta situación, las principales ciudades del país son cada vez más inseguras. El pastor Yang* y su esposa fueron algunos de los afectados que escaparon de la ciudad donde él trabajaba como profesor y pastor de jóvenes. Huyeron a su ciudad natal, pero después tuvieron que mudarse varias veces en busca de seguridad. A pesar de estar desplazado en su propio país, Yang siente pasión por servir a otros creyentes que, como él, han tenido que abandonar su hogar, y se ha asociado con Puertas Abiertas para llegar a muchos cristianos perseguidos con apoyo espiritual y práctico.
El pastor Yang no está solo en su difícil situación, pero su experiencia muestra la realidad de muchos cristianos que viven en este país del sudeste asiático. «Sólo gracias a la protección de Dios seguimos vivos», afirma. Vive cada día sabiendo que su vida está en peligro.
Más allá de la lucha diaria por sobrevivir, lo más duro para el pastor Yang es ver lo que la incertidumbre y la violencia han hecho a su familia. «La carga de ir de un lugar a otro con niños muy pequeños pesa mucho sobre mí y mi esposa», dice. "Desde el golpe, nuestras vidas han sido increíblemente duras; hemos tenido que vivir entre los sonidos de disparos y explosiones de bombas.
Todo esto traumatizó profundamente a mi mujer. Le aterraba mucho oír explosiones por la noche; también tuvo problemas de corazón. A mis hijos les dan miedo los ruidos fuertes. Como padre de familia a veces me siento impotente por no poder hacer que mi propia familia se sienta segura".
Él siente el dolor y la carga de vivir y seguir a Jesús en Myanmar. «Vivir en la zona de conflicto y hacer las tareas cotidianas durante el día es igual de estresante», dice. «Cada vez que vamos en moto, recordamos las promesas de Dios en las Escrituras. Nos acordamos de Dios en los pequeños detalles porque sentimos que nos pueden matar en cualquier momento. Hasta cuando salgo de casa para comprar alimentos, oro: «Dios, ayúdame a volver a casa sano y salvo para poder ver a mi mujer y a mis hijos». Aun en medio de todo esto , el pastor Yang ve la mano de Dios actuando en su vida y sabe que Él ha cumplido sus promesas. « Aunque a veces nos sentimos sin esperanza, sabemos que Dios está con nosotros», dice Yang. «Nos ha guardado hasta ahora, y todavía podemos servirle. Oramos juntos en familia todas las noches, pidiendo a Dios que nos de fuerzas para atravesar este Mar Rojo en nuestras vidas. Recitamos el Salmo 23 antes de acostarnos».
Un terremoto de magnitud 7,7 sacudió Myanmar el 28 de marzo, matando a miles de personas e hiriendo a muchas más. Sin embargo, por la gracia de Dios, el lugar donde residen el pastor Yang y su familia no se ha visto gravemente afectado por el seísmo. «Mi familia está sana y salva. El lugar donde nos alojamos no se ha visto realmente afectado por el seísmo, así que no ha habido daños materiales que lamentar». Sin embargo, el pastor Yang y los miembros de su iglesia se han visto afectados por el drástico aumento de los precios de los productos básicos. Líderes cristianos y creyentes como el pastor Yang necesitan tus mensajes de ánimo y tus oraciones. Comparte lo que el Señor pone en tu corazón, puede ser un versículo de la Biblia o una oración por ellos.
*Los nombres han sido cambiados por razones de seguridad.
Fin de campaña 31/10/2025
