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Nada puede detener la presencia de Jesús en los corazones de los norcoreanos.
En Corea del Norte, los cristianos tienen prohibido celebrar las fiestas navideñas.
Muchas personas de todo el mundo esperan y se preparan para celebrar el 24 de diciembre, una fiesta cristiana en memoria de nuestro Salvador. Pero esto no es una realidad en Corea del Norte, donde las autoridades han prohibido cualquier tipo de celebración navideña.
El pueblo norcoreano se enfrenta a la opresión, más que a cualquier esperanza de Navidad. En Corea del Norte, los líderes han creado su propia celebración, que tiene lugar en Nochebuena. La fecha no celebra a Jesús, sino el cumpleaños de Kim Jong-suk, la esposa del fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung. En este día se celebran reuniones públicas y festejos en escuelas, fábricas y universidades como alternativa a las celebraciones navideñas.
Por más de siete décadas, Corea del Norte ha prohibido las celebraciones navideñas y las ha sustituido por las de la familia Kim, haciendo todo lo posible para que se parezcan a la Navidad de los cristianos. En Corea del Norte, la familia que sigue controlando el país obliga a la gente a inclinarse ante los miles de monumentos de la familia Kim y a celebrar sus cumpleaños.
Las mujeres cristianas se enfrentan a la violencia sexual en interrogatorios y en la cárcel. Fuera de la cárcel, los abusos sexuales se normalizan contra ellas. Los hombres están bajo el control extremo del régimen, sus trabajos están definidos por el gobierno y no pueden ser cambiados. En Corea del Norte, cualquier persona con una conexión cristiana en su ascendencia está excluida de los ascensos laborales, el prestigio o el servicio militar preferente.
Corea del Norte es el país donde más se persigue a los cristianos, siendo el número 1 en la Lista Mundial de la Persecución desde 2002. Los cristianos de cualquier lugar del país son extremadamente vulnerables a la persecución extrema. Allí, cualquier acto que no muestre una completa lealtad a la familia Kim conlleva un castigo que, en la mayoría de los casos, es la muerte.
Hay una forma muy práctica de ayudar a nuestros hermanos y hermanas norcoreanos a pasar una feliz Navidad. Muchos de los que huyen encuentran refugio en casas seguras en China, donde reciben alimento físico y espiritual. Con un donativo, ayudas a cubrir las necesidades de los refugiados norcoreanos en China.
Señor, te doy gracias por la fidelidad y fortaleza de los miles de creyentes de Corea del Norte, Quiero pedirte que experimenten tu presencia de manera poderosa en esta Navidad, para que sientan que no están solos y que el Dios del universo está con ellos. Te pido por aquellos que están en prisión, para que también experimenten la libertad que tienen en Cristo a pesar de estar encerrados. Te ruego que toques los corazones de los líderes de la nación para que el país cambie y se vuelva a ti, el único Dios verdadero. Amén.
