Oremos por Omar, de 31 años, un exmaestro del Corán en la Región del Extremo Norte de Camerún. Desde que decidió seguir a Jesús se ha enfrentado a una gran persecución. Este padre de tres hijos fue expulsado de su aldea a principios de abril. Su casa fue quemada y su esposa e hijos le fueron arrebatados.
El 5 de abril Omar aceptó a Cristo después de que se organizara una campaña de evangelización en su aldea. Al día siguiente, cuando sus alumnos del Corán acudieron para sus clases, Omar intentó enviarlos a otro grupo en el mismo barrio. Pero los niños, que tenían una estrecha relación con Omar, empezaron a llorar y se negaron a irse. Esto llamó la atención y los padres quisieron saber qué ocurría. “Entonces les dije que había descubierto la verdad sobre Jesús y que quería seguirle”, lo que le causó grandes problemas.
Omar tuvo que huir y pasar unos días en casa de un amigo cristiano; después decidió llevarse a su familia a la aldea de su padre, ya que este no era un musulmán practicante y esperaba estar a salvo con él. Entonces Omar se enteró de que un tío suyo se había llevado a su esposa e hijos. La madre de Omar también es musulmana, pero no se enfureció tanto con la decisión de su hijo de seguir a Cristo; al contrario, de hecho, lo animó. Así que cuando se enteró de lo que había pasado fue a buscar a los niños, que ahora viven con ella.
Sin ningún otro lugar al que ir, Omar buscó refugio con otro pastor, con el que se quedó tres semanas. Después regresó a su comunidad local, donde se quedó también con un pastor. Actualmente se ha corrido la voz de que si alguien lo encuentra, debe castigarlo por abandonar el islam. Como la presión era demasiado alta, Omar tomó la decisión de volver a trasladarse.
Los miembros de la iglesia visitaron la cárcel en Tayikistán para ver a nuestro hermano preso Bahrom Kholmatov, que fue sentenciado a tres años. Se le han negado las visitas durante un año, pero los miembros de la iglesia pudieron hacerle llegar algunos regalos a través de un trabajador de la cárcel. La única manera en la que Bahrom puede contactar ahora mismo con el mundo exterior es mediante las muy escasas llamadas telefónicas de su esposa Gulnora. Ella nos ha informado de que Bahrom está en buena forma, pero nos pide oración para que pueda tener la oportunidad de verlo pronto.
Aún quedan tarjetas escritas para Bahrom en casa de Gulnora esperando a ser entregadas tras haberle trasmitido la primera tanda. Demos gracias a Dios porque Bahrom se encuentre bien pese a su difícil situación. Oremos por Gulnora y sus hijos. Oremos también para que Dios les brinde la oportunidad a Bahrom y Gulnora de verse.
Esta foto reciente muestra la cárcel donde se encuentra Bahrom.
Mila*, una creyente kirguisa de trasfondo musulmán, es una de las líderes de una de las iglesias de su pueblo. Hace poco su hermano la golpeó brutalmente debido a su fe y ministerio por Cristo. Una de las mujeres de la iglesia en la capital fue a visitar a Mila y se quedó con ella un tiempo para ayudarla en su recuperación emocional y espiritual. Pese a su difícil situación, Mila permanece fiel, continúa confiando en Dios e incluso va a regresar a su ministerio. Oremos por esta valiente cristiana, por su fe, por su seguridad y por su recuperación.
*Nombre cambiado por razones de seguridad
Oremos por Joyce, una líder cristiana de trasfondo musulmán a la que se llevaron las autoridades hace más de seis meses y desde entonces no se la ha vuelto a ver. Su hijo está tan preocupado por ella que ha caído en depresión. Joyce lleva sirviendo a su gente, una minoría étnica musulmana, muchos años y ha hecho valientemente discípulos y ha asumido numerosos riesgos para servir a Dios dentro de un entorno muy hostil. Su hijo no quiere hablar con nadie sobre la situación de su madre debido a la constante vigilancia. Oremos para que Dios cuide de Joyce dondequiera que esté y durante las pruebas que afronte. Oremos también para que Dios lleve consuelo a su hijo en este tiempo difícil y solitario. Pidamos, por último, para que ambos se aferren fuertemente a nuestro Dios fiel.