Seguir a Jesús con todo tu corazón no te asegura la ausencia de problemas. Más bien lo contrario, es garantía de que tendrás oposición por lo que estás haciendo: manifestar el poder de Dios a través de tu vida.
En ocasiones, el precio por seguir a Cristo puede ser muy alto. Por eso, Jesús avisó que antes de seguirle debemos medir si estamos dispuesto a pagar el precio por hacerlo. No hay un ejemplo más claro de esto que el de los cristianos en Corea del Norte donde, en ocasiones, pueden ver la provisión y las milagrosas liberaciones, pero también sufren indecibles consecuencias por seguir a Jesús.
Sin nuestro apoyo, la iglesia clandestina de Corea del Norte no podría sobrevivir. Muchos cristianos morirían de hambre. Los líderes no tendrían apoyo. Los niños y jóvenes jamás escucharían el Evangelio.
Tus oraciones y donativos envían un mensaje a los creyentes clandestinos: no te has olvidado de ellos.
Con tu apoyo podemos ofrecer Biblias, impartir formación bíblica e incluso proveer de acceso a un hogar seguro y ayuda de emrgencia.
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«Nunca has visto nuestros rostros, ni tampoco conoces nuestros nombres; pero nos amas».
mensaje de Un creyente de corea del norte a trabajadores de puertas abiertas