Al principio empezaron a humillar a Iván por su creencia cristiana; luego, diez chicos le golpearon. Durante el campamento todos los días le pegaban, tenía muchos moratones y heridas en la cara y el cuerpo, se sentía muy mal, pero no renunciaba a su fe.
El entrenador, también musulmán, no llamó al médico y dejó que Iván participara en los entrenamientos físicos, a pesar de que podía ver todos los moratones y heridas. Resultó que Iván tenía dolores de cabeza y molestias todos los días, vomitó varias veces. Cuando el chico volvió a casa, sus padres vieron su estado físico y se quedaron sorprendidos. Tenía dolores de cabeza y mareos todos los días. Los médicos han dicho que el niño necesita una larga recuperación, y no está claro que pueda continuar su carrera deportiva.
Por favor, ora por Iván, por su fe, por su recuperación física y emocional, por sus padres, y por la seguridad de la familia.