Los familiares y vecinos les quitaron la cosecha de arroz y maíz, bloquearon la fuente de agua de sus granjas y acabaron confiscando sus campos de arroz. Más tarde, las autoridades locales cortaron toda la asistencia social y los subsidios que las familias recibían del gobierno, todo porque decidieron seguir a Cristo.
El 22 de julio, la madre de Toan*, uno de los 25, falleció. Sus primos y los aldeanos le obligaron a hacer un funeral H'mong que incluye rituales y sacrificios costosos y que contradicen la creencia cristiana. Pero Toan se negó a hacerlo. Pocos días después, los aldeanos le obligaron a él y a su familia a renegar de su nueva fe. Cuando se negaron, golpearon a Toan, destruyeron su casa y se llevaron todas sus pertenencias. La familia de Toan, compuesta por cuatro personas, tuvo que abandonar el pueblo y ahora se aloja temporalmente en casa de un amigo cristiano. Debido a lo sucedido y a la pandemia en curso, Toan no puede encontrar un trabajo y lucha cada día para poner comida en su mesa. A pesar de estos incidentes, la familia de Toan y las otras cinco familias siguen firmes en su convicción y se niegan a renunciar a su fe.
Los colaboradores locales de Puertas Abiertas están tendiendo la mano a las seis familias. Los colaboradores tienen previsto proporcionar a las familias ayuda alimentaria durante tres meses, ropa para los niños y ayudar a la familia de Toan a reconstruir una casa.