Preocupación tras la muerte de Mahsa Amini

Puertas Abiertas expresa su profunda preocupación y tristeza por la muerte de Mahsa Amini en Irán tras ser detenida por la policía de la moral del país por llevar un hijab «inadecuado». Condenamos las prácticas de la policía de la moral iraní, que hace cumplir el código de vestimenta y el comportamiento islámicos conservadores y utiliza su poder para castigar a cualquiera que no se atenga a sus normas religiosas.

Puertas Abiertas también muestra su preocupación al ver la creciente inestabilidad en el país durante las últimas semanas como resultado de la respuesta violenta de las fuerzas de seguridad iraníes a las protestas públicas contra el gobierno. Instamos al gobierno iraní a respetar el derecho de sus ciudadanos a protestar pacíficamente.

El caso que nos ocupa pone de manifiesto una cuestión más amplia, la de las graves violaciones por parte de Irán de las normas internacionales sobre libertad de expresión, derechos de la mujer y libertad de religión o de creencias, que afecta a muchos grupos religiosos en Irán, incluidos los cristianos.

Puertas Abiertas reconoce que las restricciones a la libertad religiosa afectan a los cristianos en Irán de muchas maneras, incluyendo las duras limitaciones a los lugares de culto. Expresamos nuestra grave preocupación por el hecho de que las reuniones cristianas en casas particulares hayan sido denunciadas como grupos ilegales y actos «contra la seguridad nacional», mientras que muchas iglesias siguen cerradas. Instamos al gobierno iraní a que deje de imponer cargos penales y encarcelamientos por estos motivos y permita el libre ejercicio del culto a todos los grupos religiosos.

También instamos al gobierno iraní a que respete el derecho a la libertad de religión o de creencias para todos, lo que implica dejar de imponer a las mujeres la obligación de atenerse a una interpretación de la vestimenta religiosa que podría no coincidir con su propia religión o creencia.

Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que siga planteando al gobierno iraní la cuestión de la libertad de religión o de creencias y la discriminación de las mujeres a través de los canales diplomáticos, el comercio y las negociaciones de la APC, y para que insista en la rendición de cuentas de los autores de las violaciones de los derechos fundamentales.