La vida en Turquía es extremadamente difícil para esta familia. Como miles de refugiados iraníes en Turquía, son personas con pocos (o ningún) derechos como ciudadanos. Es difícil encontrar trabajo; un nuevo idioma; y tampoco saben qué sucederá más adelante. Pero, aún en medio de estas batallas, el gozo que tienen en Cristo sobrepasa toda situación.
Taher ha podido perdonar a las personas que le interrogaron y no está resentido por el tiempo que pasó en prisión o cómo lo trataron los servicios secretos. «Encontré la verdadera libertad en el tiempo que pasé en prisión con Jesús», comenta.
Taher también espera que los pequeños mensajes que escribió en aquellas paredes de la celda sigan ahí para alentar a otros prisioneros a buscar a Jesús y entregarle todo.
Cuando se le preguntó si valió la pena perder todos sus bienes materiales, su hogar, trabajo, amigos y familiares, y dejar su país, Donya comparte: «Jesús lo merece todo. En mi opinión, todavía no hemos pagado el precio».
Escribe a Taher
*lee las directrices antes de escribir
Puertas Abiertas España
|