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Pabitra Regmi* es una viuda con tres hijos. Aceptó a Cristo después de que su madre se curara de su enfermedad. Fue perseguida mental y verbalmente por sus suegros, que no eran cristianos, después de casarse con su marido, que era el único creyente en su casa.
Pabitra dice: «Siempre me discriminaron y no me permitían ni siquiera tocar las cosas de la casa. Al final, dejé la casa con mi marido y mis hijos por la constante presión de la familia».
«Sin embargo, las cosas empeoraron cuando perdí a mi marido unos años después de la separación de la familia. El dolor se agravó y, además, luchaba por mantener a mis hijos. En toda esta situación, mis suegros o familiares nunca vinieron a ayudarme, ya que yo era cristiana».
A pesar de ello, Pabitra dice: «Aunque no tengo a mi marido, Dios está conmigo. Él también me ha salvado de mi enfermedad. Si no hubiera sido por Jesús, habría muerto hace mucho tiempo y mis hijos habrían quedado huérfanos. Pero Dios es tan misericordioso que me concedió la vida para que pudiera dar el amor de padre y madre a mis hijos. Siempre estoy agradecida por su gracia en mi vida».
Y añade: «La oración es mi vida. Encuentro consuelo a través de la oración. Dios habla y me responde cuando oro».
Los colaboradores de Puertas Abiertas, apoyaron a Pabitra con la cría de cabras, ya que tenía problemas económicos para mantenerse a sí misma y a sus hijos. Expresa su sincera gratitud hacia los colaboradores de Puertas Abiertas: «Estoy muy agradecida a Dios y a los colaboradores de Puertas Abiertas, que me apoyaron y animaron durante mis dificultades. Gracias a este apoyo, tengo la esperanza de seguir sacando adelante a mi familia. Por ello, doy las gracias a todas las personas que me han ayudado. Además, oro para que Dios los mantenga a salvo y bendiga su ministerio».
Pabitra pide que se ore por el futuro de sus hijos y también pide que se ore por su buena salud para que pueda cuidar de sus hijos.
Padre, te doy gracias por lo que has hecho en la vida de Pabitra, por haberla llevado de las tinieblas hasta tu luz. Te pido que ahora la guardes con salud, para que pueda criar a sus hijos y verlos crecer; te ruego por estos chicos, para que puedan crecer en todas las áreas de la vida, y conocerte como te conoce su madre. También te pido que hagas un milagro en otras familias que viven estas situaciones, para que puedan ser rescatadas y cuidadas.
