Noticias 24 noviembre 2016

Las iglesias en Cuba siguen en el punto de mira

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Cuba es uno de los pocos gobiernos comunistas que quedan en el mundo. Diez años atrás, el envejecido líder del país, Fidel Castro, fue sustituido por su hermano Raúl, pero el gobierno permaneció esencialmente igual y los cambios que se habían previsto no se produjeron, a pesar de que se ha relajado el control autoritario en algunas áreas del país.

Cuba continúa aislándose a sí misma del resto del mundo y continúa funcionando bajo un control totalitario. Los “motores” de la persecución de la Iglesia cristiana son la opresión comunista y post-comunista. En años recientes, un conjunto de factores internos y externos contiene el potencial de provocar un cambio político de grado considerable.

Cuba, un estado comunista desde la revolución de 1959, ha sufrido muy pocos cambios en su sistema político durante todas estas décadas. Desde que Fidel Castro tomase el poder, el país ha sido gobernado por un régimen comunista típico (“una marca autoritaria del socialismo”, como lo describe el Índice de Transformación Bertelsmann de 2012) dónde los derechos políticos y libertades civiles están grandemente restringidos.

En consecuencia, Cuba se clasifica como “No Libre” en el Índice de Libertad de Freedom House, indicando la naturaleza no democrática del régimen, sin separación de poderes o garantía del imperio de la ley. Además, cuestiones como la libertad de prensa y la situación de los derechos humanos básicos están por debajo de los estándares aceptados internacionalmente.

La sucesión de Fidel Castro por su hermano en 2006 levantó esperanzas de que quizás el país pudiese avanzar hacia la implementación de algunas reformas democráticas. Sin embargo, diez años más tarde, esta expectativa no se ha cumplido. Aunque Raúl ha implementado ciertas reformas cautelosas de transición, el sistema político sigue prácticamente sin haber sufrido cambios y el optimismo levantado parece fuera de lugar.

“Nuevo Castro, misma Cuba”, escribió Human Rights Watch en un informe en 2009, quien ha continuado denunciando violaciones de derechos humanos en informes posteriores. Si los próximos años traerán más reformas en el espacio político tendrá que verse, aunque Stratfor, una compañía de inteligencia global basada en los Estados Unidos, observó en 2012 que “reformas clave, como hacer que el crédito y la propiedad privada estén al alcance de los individuos están en marcha, y reformas similares, incluidos los intentos de relajar las restricciones de viaje, se pueden esperar para el año que viene”.

En efecto, en septiembre de 2010, se lanzaron grandes reformas económicas basadas en el modelo chino, implementando la liberalización de manera muy limitada. Estas reformas incluían más empleo autónomo (con posibilidades de desarrollar pequeños negocios), arrendando las tierras estatales para agricultores privados y reducir el papel económico del estado en general.

Bretelsmann afirma que la creciente influencia de China en el país es una de las razones principales detrás de las reformas.

Persecución a cristianos en Cuba

La persecución de cristianos, más severa en anteriores décadas, está cambiando lentamente. Mientras que en el pasado se incluían palizas, prisión y a veces asesinato, ahora se ha vuelto generalmente más sutil. Continúa en forma de acoso, vigilancia estricta y discriminación, incluyendo detenciones ocasionales de líderes.

Todos los cristianos están vigilados y todos los cultos en iglesias cuentan con espías infiltrados. Los cristianos están amenazados y sufren discriminación en las escuelas y en el trabajo. El régimen totalitario no permite ningún tipo de competidor. Pastores y cristianos a veces sufren presión para que paren de evangelizar y limitar sus actividades a las que se lleven a cabo en sus iglesias. Los permisos para imprimir literatura cristiana a nivel local son muy difíciles de obtener. Las Biblias, material de estudio bíblico y material de Escuela Dominical del que se dispone son realmente escasos.

Todo está restringido. Los seminarios y edificios de iglesias pueden ser utilizados, pero las nuevas iglesias y seminarios no pueden ser construidos. Los procedimientos legales son posibles, pero excesivamente lentos. Los extranjeros que entran en el país pueden traer sus Biblias, pero con un máximo de tres. Se puede enviar correo, pero un máximo de dos kilogramos, y todo el correo se revisa y censura. El cristianismo se puede predicar y los extranjeros pueden pedir un “visado religioso”, pero no se permite mencionar la situación de los derechos humanos ni la política. Los cubanos pueden abandonar el país, pero los procesos administrativos para ello son intencionadamente lentos.

En Cuba, las organizaciones religiosas son las únicas a las que se les permiten asambleas. Los grupos de interés, como tales, no existen y no se permite su existencia. La única excepción es la Conferencia de Obispos Católicos Romanos y, en menor medida, el Consejo Cubano de Iglesias. La Iglesia Católica está adquiriendo un papel creciente y cuenta con una gran autonomía interna. Las manifestaciones religiosas iniciadas por estas organizaciones se están tolerando cada vez más, creando oportunidades para un cambio social por medio de actividades de la Iglesia Católica. Debido a que no hay pluralismo democrático, el cambio político sólo puede venir de la Iglesia. Los esfuerzos de Raúl Castro para buscar más contacto con la Iglesia han fortalecido su papel político.