Noticias 21 diciembre 2020

“Negar la libertad religiosa como pilar fundamental del régimen”

En los días previos al Día de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre, se publicaron dos informes sobre la situación de los derechos humanos en Corea del Norte. Ambos reportes hacen una lectura sobria, mostrando cómo la negación de la libertad religiosa mantiene al régimen de Kim Jong-un en su lugar.

 

 

En 2018, un hombre fue detenido en la capital de Corea del Norte, Pyongyang, por tener una Biblia. Cuando un guardia le preguntó por qué había escogido desafiar al estado haciendo algo ilegal, el hombre respondió: “Sólo quería saberlo por mí mismo”. A lo que el guardia dijo: “Debes ser enviado a un mundo que no podemos ver”.

Esta es una de las historias de un nuevo informe de la organización de derechos humanos Iniciativa Futura de Korea, titulado “Perseguir la fe: documentar las violaciones de la libertad religiosa en Corea del Norte”. El reporte contiene información de 117 entrevistas con testigos, perpetradores y víctimas de Corea del Norte sobre violaciones de la libertad religiosa cometidas en Corea del Norte entre 1990 y 2019.

Los investigadores identificaron a 273 víctimas de violaciones a la libertad religiosa, entre ellas 215 cristianos. Muchos de ellos estuvieron expuestos a formas extremas de violencia, incluida la tortura y la violencia física sostenida, así como la agresión sexual.

En todos los casos, “la adhesión o asociación religiosa (…) no se consideró incidental a las violaciones documentadas. Los investigadores lo consideraron fundamental”, dice el informe.

El segundo informe es el Libro Blanco anual sobre derechos humanos en Corea del Norte publicado por el Instituto Coreano para la Unificación Nacional. El informe de 2020 se basa en 118 entrevistas con norcoreanos que recientemente desertaron a Corea del Sur.

El informe dijo que las “violaciones al derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión; el derecho a la libertad de expresión; y el derecho a la libertad de reunión y asociación, ha continuado”.

A lo largo del 2019, “hubo muchos testimonios de que personas fueron enviadas a campos de prisioneros políticos (conocidos en Corea del Norte como kwanliso) o ejecutadas simplemente por llevar la Biblia, ya que el régimen llevó a cabo una severa supresión del cristianismo”, dice el informe.

El informe llegó a la conclusión de que no se produciría un cambio fundamental mientras el control y la negación de los derechos fundamentales como la libertad de conciencia, pensamiento y religión siguieran siendo “los pilares centrales del régimen de Corea del Norte”.