Noticias 08 junio 2021

Familias destrozadas: el trauma tras el asesinato de creyentes en Indonesia

El pasado 11 de mayo, cuatro creyentes fueron asesinados por miembros del MIT, grupo extremista asociado a ISIS, en Napu (Indonesia). Nada más saber de la noticia, nuestros colaboradores, Ari* y su equipo, fueron a visitar a las familias de las víctimas. Recientemente regresaron a Jakarta y nos informaron de la situación de la iglesia en estos lugares.

 

 

Las familias de las víctimas del más reciente ataque terrorista en Napu, Poso, están sufriendo y viven con miedo. Entre las víctimas mortales se encuentran Marten Solon, Simson Susa, Paulus Papa y Lukas Lese. La tragedia tuvo lugar mientras trabajaban en el campo.

Dewi, hija de Marten Solon, una de las víctimas, está devastada: «Murió de manera tan vil. Aún no puedo creerlo», nos dice entre lágrimas. Su madre y sus hermanos ni siquiera encuentran palabras para expresar el dolor que sienten.

«Esto ha sido traumático para la familia», nos dice Risna, pastor de la iglesia local Toraja, donde se congrega la familia. «Aunque quisieran decir algo, todavía tienen los labios como sellados. Uno de los niños aún tiene dificultad para interactuar con la gente [por el trauma de la pérdida]

Con ellos puede identificarse la familia de Paulus Papa, otra de las víctimas mortales: «Aún le estoy llorando. Yo fui quien encontró su cuerpo. Estoy muy triste, pero le rindo todo a Dios», nos comparte Paulus Patonang, yerno de Paulus Papa.

Cuando le preguntamos qué es lo que más necesitan ahora, Patonang nos dice: «Como cristiano, lo que más espero es el apoyo de nuestros hermanos en Cristo con sus oraciones. Lo siguiente es que el gobierno lidie con esta gente lo antes posible

Nuestro colaborador local ha tenido la oportunidad de encontrarse con el testigo del asesinato que huyó tras reconocer a uno de los atacantes en el campo: «Los conocí en 2020 [al grupo terrorista]. Eran 13. En ese momento me dijeron, 'cuando nos volvamos a ver, te pediremos que te unas a nosotros. Estarás más seguro así, si te ganas la vida con nosotros'. Así que el otro día, cuando vi a uno de ellos, salí corriendo

Como es de esperar, quedó traumatizado, y entre lágrimas contaba a nuestro colaborador lo sucedido: «Aquel día, mientras corría, oré a Dios, 'Dios, por favor, ayúdame. Líbrame de esos tipos'. Gloria a Dios que aún puedo ver a mi familia.» ambién dio aviso a otras dos víctimas para que huyeran, pero pensaron que se trataba de soldados y no de terroristas. Sus cuerpos sin vida fueron encontrados horas más tarde.

Por la gracia de Dios, nuestro colaborador local pudo encontrarse con la familia de las víctimas, aunque estaban demasiado traumatizadas para hablar demasiado. Por favor, continúa a las familias en oración, y pídele al Señor que traiga Su paz y Su consuelo a las familias, y que traiga arrepentimiento a los atacantes.