Un pastor de trasfondo musulmán y su familia son expulsados de su casa por causa de su fe cristiana. El acaparamiento ilegal de tierras y el desalojo forzoso parecen ser una forma habitual de persecución hacia los cristianos en Bangladesh.
Aunque se trata de un delito común, los creyentes suelen ser ignorados por las autoridades debido a su fe, y los culpables se salen con la suya. El pastor local de trasfondo musulmán, Nurul (49 años), pasó recientemente por este tipo de persecución, en la que él y su familia se vieron obligados a abandonar su propia casa por su fe en Jesucristo.
En el pueblo de Nurul, es una tradición normal que las familias extensas vivan juntas. Padres, hermanos, sobrinos, todos viven juntos bajo el mismo techo. Nurul tiene seis hermanos y una hermana, y junto con sus familias, todos viven juntos. Sin embargo, no todos son creyentes. Sólo Nurul, su familia y otro hermano lo son. A los demás hermanos de Nurul no les gustaba su fe, pero la toleraban por el bien de la familia.
Como es pastor, Nurul organizaba la iglesia en su casa todas las semanas. Los creyentes se reunían y tenían una comunión regular. El sueño de Nurul era expandir algún día el Reino de Dios en su zona llevando las buenas noticias de Jesucristo a todos. Nurul también organiza en su casa una clase de alfabetización para adultos dirigida a la población local. Fue a través de estas clases que sus vecinos conocieron a Cristo y el ministerio de Nurul, ya que sus alumnos salían a difundir el evangelio a través de lo que aprendían en la clase. Sólo de esta clase en casa de Nurul se han bautizado seis nuevos creyentes.
«Veo el interés de la gente por conocer a Jesús, pero tienen miedo de venir a mí y seguir a Jesucristo. Me hablan en secreto. Quieren unirse a la clase de alfabetización, pero no pueden venir por miedo a la persecución», dijo Nurul.
Nurul es audaz y no tiene miedo cuando habla de Jesús. Sus hermanos, sin embargo, empezaron a odiar el amor de su hermano por Jesús cada día, y ver, que más personas venían cada semana a recibir a Cristo, les hizo enfadarse más con su hermano.
Comenzaron a burlarse de Nurul y su familia con frases que escandalizaban. Le insultaban constantemente, e incluso sus sobrinos pequeños se volvieron contra él, siguiendo a sus padres. Nurul y su familia permanecieron callados durante la persecución y los insultos diarios. Pero el silencio de Nurul les llevaba a veces a abusar físicamente de él. Incluso entonces, Nurul permanecía en silencio, sin querer defenderse.
A pesar de las dificultades, Nurul continuó con sus responsabilidades de servir a los creyentes locales, organizando clases de alfabetización y compartiendo el evangelio regularmente con los que le rodeaban. Los obstáculos y las trabas no pudieron frenar su pasión por Cristo y su sueño de ver a más personas venir a Cristo.
A medida que el ministerio seguía creciendo, la persecución aumentaba. Los hermanos de Nurul siguieron burlándose de él e insultándolo. Y un día, decidieron colectivamente que necesitaban que Nurul y su familia se fueran de la casa. Lo hicieron de forma ilegal y discreta, pero los otros hermanos consiguieron falsificar un documento en el que se declaraba que las tierras y propiedades que su padre había dado a Nurul pasarían a ser de los hermanos y sus familias. A continuación, procedieron a echar a Nurul y a su familia de la casa, afirmando que los cristianos ya no pueden vivir allí. Incluso trajeron a los líderes de la mezquita local y a los miembros del liderazgo de la mezquita para apoyarlos. Le dieron a Nurul una fecha para abandonar el pueblo, si no destruirían públicamente todas sus posesiones y los arrastrarían fuera del pueblo.
Nurul estaba muy disgustado, pero por la seguridad de su familia, se marchó y ahora ha alquilado una casa en otro lugar. Su ministerio continúa. Aunque sigue mentalmente agotado, es espiritualmente fuerte: «Pueden quitarme mi casa y mis derechos, pero no pueden quitarme a mi Señor Jesucristo. Mi Señor está conmigo. Él me cuida», dijo Nurul. «Lo que hicieron fue imperdonable -continuó-, pero les he perdonado lo que me han hecho a mí y a mi familia porque soy seguidor de Jesucristo. Le pido al Señor que abra sus corazones para que encuentren la salvación y vengan a Cristo».
También añadió: «Continuaré con mi trabajo de predicación y de compartir el evangelio en medio de la persecución, y me gustaría continuar con la clase de alfabetización en el futuro para poder ayudar a los nuevos creyentes y a las personas interesadas a conocer a Jesucristo».
Nurul es amigo desde hace mucho tiempo de nuestros colaboradores locales de Puertas Abiertas. Nuestros colaboradores locales han apoyado su ministerio anteriormente, proporcionando un pozo de agua para los creyentes que ha estado pastoreando. También ha asistido a varios cursos de formación organizados por nuestros colaboradores. Actualmente, nuestros colaboradores están orando y animando a la familia de Nurul y les están apoyando con necesidades básicas como comida y artículos no perecederos.
Señor, te doy gracias por la vida de Nurul, porque es un ejemplo de fe y fortaleza en medio de la persecución. Te pido que Tú proveas un nuevo hogar para él y su familia en el que establecerse y poder vivir alejados de los extremistas. Te ruego que los guardes y protejas, y que su ministerio no se detenga, sino que pueda continuar con su labor para alcanzar a muchos con el mensaje del Evangelio. Amén.