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Un cristiano rohingya fue atacado en un campo de refugiados de Bangladesh a finales del año pasado, después de que otros refugiados le acusaran de convertirse al cristianismo.
Saydul Amin se unió en 2017 al éxodo de refugiados rohingya (de mayoría musulmana), que huyeron de lo que la Corte Internacional de Justicia ha calificado de «genocidio» por parte de Myanmar. Hoy, algo menos de un millón, entre ellos una pequeña minoría cristiana, viven en el campo de refugiados de Cox's Bazar, en Bangladés.
El joven de 20 años se hizo cristiano hace unos años, pero recientemente fue trasladado a otra sección del campamento donde era el único, rodeado de vecinos musulmanes. «A medida que más personas se enteraron de su fe cristiana, comenzaron a criticar su conversión y a perseguirlo», dijo una fuente local a Puertas Abiertas. «La gente del campo cree que hay que detener la conversión de musulmanes».
Cuando Amin no cedió a la presión, sus opresores presentaron una denuncia ante las autoridades del campamento, acusándole de traficar con drogas. En lugar de investigar el asunto, los funcionarios llamaron a Amin y le dieron una paliza, dijo a AsiaNews. «Me acusaron de estar involucrado en el negocio de las drogas. Pero no consiguieron nada de mí, me golpearon por acusaciones falsas», dijo.
Cuando las noticias sobre la paliza de Amin empezaron a circular por el campamento y fuera de él, las autoridades se asustaron y llamaron a Amin para pedirle perdón, según informó a Puertas Abiertas la fuente local, cuyo nombre se mantiene en secreto por razones de seguridad.
Sin embargo, Amin afirma que «ya no se siente seguro en el campamento».
«La situación en el campamento es muy crítica y difícil para los cristianos», dijo la fuente. Algunos refugiados llevan rumores sobre los cristianos a las autoridades del campamento o a personas que se cree que son miembros del Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (ARSA), un grupo insurgente radical musulmán, y añadió que «la mayoría de las acusaciones son falsas y están motivadas por la venganza personal o el beneficio personal».
En cuanto a él mismo, tiene miedo de sentarse incluso 10 minutos en una tienda o en un puesto de té porque los informadores secretos le siguen y vigilan todos sus movimientos, dijo la fuente. «No hay ningún día que me sienta seguro».
El pasado mes de octubre, la Red y Comunidad Cristiana Global Rohingya, hizo pública una declaración en respuesta al asesinato de un líder de la comunidad rohingya, en la que afirmaba que se habían producido múltiples ataques contra los cristianos en los campos de refugiados que incluían secuestros, destrucción de iglesias y escuelas, intimidación y agresiones, y conversiones forzadas.
«Los cristianos son vistos como personas que se colocan fuera de la comunidad y son comprados por los cristianos occidentales, a través de grupos que se aprovecharían a través del proselitismo», dijo Thomas Muller, analista de persecución de la unidad de investigación de Puertas Abiertas, tras un ataque a los cristianos en el campo de refugiados de Kutupalong Maga en Cox's Bazar en enero de 2020.
«Si se añade a esta mezcla la radicalización de los musulmanes rohingya por parte de grupos como ARSA, y el hecho de que los agentes de policía de Bangladesh pueden estar más interesados en mantener a raya todos los disturbios que en proteger a un grupo religioso minoritario, las capas de vulnerabilidad añadidas se hacen más visibles", dijo
Señor, te pido que Tú sanes a estos creyentes por el trauma sufrido por causa de la fe en ti. Te pido que les ayudes a soportar, a ellos y a otros en su situación, los padecimientos por causa de tu nombre, que su fe no falte para que puedan afrontarlos y seguir adelante, sirviéndote a ti y a sus comunidades. Amén.
