Campañas sistemáticas contra los cristianos en Irán

El 30 de julio, agentes de los servicios de inteligencia detuvieron a Mohammad Golbaz, converso cristiano de 34 años, mientras trabajaba en su taller de reparación de motocicletas en la ciudad norteña de Karaj.

Lo llevaron a un lugar no revelado, desde donde se le permitió llamar brevemente a sus padres, el 3 de agosto. Hasta ahora no ha habido noticias de que se hayan presentado cargos contra él, salvo que la fiscalía local dijo a quienes preguntaron por su bienestar que era un «apóstata» y que permanecerá detenido «durante un tiempo», informó la organización de defensa de la religión Article18.

Por otra parte, el Tribunal Supremo comunicó el 3 de agosto a Anooshavan Avedia, de 60 años, que no revisaría su condena de 10 años de prisión por «propaganda contraria y perturbadora de la sagrada religión del islam». Dos miembros de su casa-iglesia, Abbas Soori, de 45 años, y Maryam Mohammadi, de 46, también vieron rechazadas sus solicitudes de revisión del juicio. Sus condenas incluyen dos años de exilio en otra parte del país y «privación de derechos sociales», lo que afectará a sus oportunidades de empleo [Artículo 18].

En un comunicado, Puertas Abiertas dijo que lamentaba profundamente la decisión del Tribunal Supremo, ya que «denegó el nuevo juicio sin una explicación sustancial, negándose a examinar pruebas que fueron rechazadas por el tribunal inferior». Pidió «la inmediata puesta en libertad, la retirada de todos los cargos y la anulación de las penas de prisión» de Avedian, así como de otros tres cristianos enviados recientemente a prisión. Joseph Shahbazian, de 58 años, Mina Khajavi, de 59 años, y Malihe Nazari, de 48 años, fueron condenados a un total de 22 años de prisión, acusados de organizar y establecer iglesias domésticas con «la intención de perturbar la seguridad nacional».

Puertas Abiertas dijo estar «consternada por los testimonios de violaciones del debido proceso que tuvieron lugar en las salas del tribunal, incluyendo comentarios humillantes del juez, el favor inconfesado del tribunal hacia la parte del fiscal sobre la de los acusados, la falta ocasional de acceso a un abogado y los veredictos emitidos en menos de 10 días claramente sin una consideración suficiente de las pruebas».

«Instamos a las autoridades iraníes a que pongan fin inmediatamente a las campañas sistemáticas de arrestos, detenciones arbitrarias, confiscación de bienes y juicios injustos contra los cristianos y otras minorías religiosas», ha declarado. «Aunque todos estos son incidentes de los que se ha informado públicamente, ha habido más y se puede afirmar que se ha producido un aumento de las detenciones y encarcelamientos de cristianos en Irán en el primer semestre de este año», ha declarado Mansour Borji, director de incidencia política de Artículo 18. Los miembros de la comunidad bahai también han sido objeto de intensas presiones en las últimas semanas, provocando la indignación de la diáspora iraní y de los grupos de derechos humanos.

Los cristianos conversos no pueden unirse a ninguna de las cuatro iglesias de habla persa de Irán que han permanecido abiertas y se ven obligados a reunirse para el culto en sus casas, lo que no está permitido. En noviembre del año pasado se lanzó la campaña Place2Worship, que pide al gobierno iraní que les proporcione un lugar donde puedan reunirse.