Noticias 23 abril 2017

Boda islámica, novios cristianos: la historia de Nadeen

Una historia de amor y clandestinidad en tiempos de guerra

 

 

La vida para un cristiano de trasfondo musulmán puede ser solitaria en un lugar devastado por la guerra como Yemen, especialmente para una mujer soltera. Por mucho tiempo, la creyente yemení Nadeen* literalmente no tenía a nadie con quien compartir su fe, pero en internet encontró a otros creyentes, la comunidad por la que ella había estado orando tanto. Actualmente está casada con un creyente de su ciudad, también de trasfondo musulmán. Por eso, esta es una historia de amor desde Yemen y sobre todo de la provisión de Dios en medio de la guerra para un grupo de creyentes yemeníes determinados a seguirlo a Él. “Considero mi matrimonio como una expresión de la gracia de Dios”.

Nadeen, una mujer yemení de alrededor de veinte años, no es nueva en la fe. Antes de que la guerra civil estallara en su país en 2015 ya había aceptado a Cristo en su corazón. Se reunía una vez por semana para leer la Biblia y orar con una mujer creyente extranjera que conoció en la universidad. Asistir a clases le daba la excusa a Nadeen para salir de casa. Cuando se graduó se hizo más difícil encontrarse con la mujer porque ya no tenía razón para salir de casa. Finalmente, la mujer se fue del país y Nadeen se quedó sola. Nos dice: “Después de que esta mujer se fuera del país no pude volver a reunirme con otros cristianos”.

La familia de Nadeen no sabía de su fe, y para una mujer soltera en una familia musulmana era muy difícil salir de casa sola. “Controlaban estrictamente todo lo que hacía. Pero en mi corazón anhelaba poder participar en reuniones de oración con otros creyentes y aprender más”.

Los meses pasaban y Nadeen no podía reunirse con otros creyentes en persona. “Pero tenía una cuenta de Facebook y fue allí donde conocí a otro creyente que participaba en un grupo de Facebook que él había creado”.

Muchos de los creyentes de la región de Nadeen se reunían online en este grupo para compartir experiencias y testimonios. “Orábamos juntos y preguntábamos en la red cosas con respecto a la fe en Cristo y acerca de Dios”, dice Nadeen.

Anhelaba participar de una comunidad real.

A través de esta comunidad online también se dio cuenta que había una comunidad secreta de creyentes en su ciudad. “Siempre había anhelado participar en una comunidad real de creyentes locales y no solamente la virtual que ya conocía”.

Poco a poco la confianza entre los creyentes creció y Nadeen tuvo la oportunidad de conocer a algunos de esos creyentes cuando comenzó a trabajar en un banco, lo cual le daba una razón para salir de casa entre semana y así podía reunirse con ellos después del trabajo. Y así fue como conoció a su marido, un doctor y también cristiano de trasfondo musulmán. Bajo el consejo de los líderes de esta comunidad local, decidieron casarse. “Dios me dio los medios para poder casarme con este creyente que pertenecía a la comunidad local de creyentes, ¡él me presentó la iglesia a la que yo quería pertenecer desde hacía mucho tiempo! Considero mi matrimonio como una expresión de la gracia de Dios”.

Después de su matrimonio, Nadeen experimentó alivio de la presión de su familia, cambió de un mundo donde no había nadie que fuera como ella a una comunidad real de creyentes. “Gracias a mi matrimonio puedo servir y compartir el evangelio con libertad y seguridad, y puedo ser discipulada por mi esposo”.

Matrimonio musulmán con una bendición cristiana

Nadeen piensa en el día de su matrimonio con gratitud, ya que pudo compartir este día especial con su familia natural y su familia espiritual. En Yemen solamente están permitidos los ritos musulmanes para las  bodas. “Tuve un matrimonio al estilo musulmán concertado por mi familia”, nos comparte. Pero esas celebraciones tradicionales no fueron nada comparado con la media hora que nos reunimos con mi familia cristiana y los líderes, quienes bendijeron en Cristo nuestro matrimonio. Mi esposo y yo sentimos la presencia de Dios de una forma muy fuerte y estaba muy contenta de ver allí a otros creyentes y sus familias. ¡La mirada de los niños y las canciones de alabanza que cantamos… y tomar la santa cena en ese día fue mucho más de lo que yo hubiese esperado!”

El haber escogido mantener en secreto su fe delante de su familia les ha facilitado a Nadeen y a su esposo permanecer en Yemen. Algunos creyentes deciden hablar de su fe en cuanto aceptan a Cristo y eso, con frecuencia, provoca que tengan que salir del país. Cuando finalmente se casan en el extranjero, ya han sido repudiados por su familia y su entorno social. Pero en el caso de Nadeen, al someterse por adelantado a las tradiciones de su familia, le ha permitido mantener esas relaciones, y ahora ella y su esposo tienen la posibilidad de compartir con ellos cuando sea el tiempo de Dios. Después de casarse, al comienzo de la guerra civil, Nadeen se bautizó junto con otro nuevo creyente. “Ese fue un día realmente especial. Mi esposo participó bautizándome y yo estaba muy feliz de poder bautizarme. No puedo describir lo que sentí cuando escuché las palabras ‘Te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo’”.

Nadeen da gracias a Dios por todos estos sucesos. “Esto me recuerda que todas las cosas obran para bien”. Hace un año, Nadeen y su esposo supieron que ella estaba embarazada y hace pocos meses nació su primer hijo. La nueva familia está decidida a permanecer en Yemen y trabajar para el reino de Dios allí.

* Nombre cambiados por motivos de seguridad e imágenes representativas.