Una turba enfurecida de 800 hombres mató recientemente a Priyantha Diyawadanage, un cristiano de 48 años, golpeándolo hasta la muerte tras ser acusado de blasfemia. Su cuerpo fue quemado posteriormente.
Priyantha Diyawadanage, de 48 años, director de una fábrica en una ciudad llamada Sialkot y esposo y padre de dos hijos, fue golpeado hasta la muerte tras ser acusado de blasfemia. Su cuerpo fue quemado.
Circularon rumores de que Diyawadanage había cometido un acto blasfemo tras retirar carteles con el nombre del profeta Mahoma, según los jefes de la policía local.
Sin embargo, un colega que había intentado salvarlo acudiendo al lugar de los hechos informó a Associated Press de Pakistán de que Diyawadanage sólo había retirado los carteles para preparar el saneamiento del edificio.
La policía detuvo a 124 personas y sigue buscando a más culpables. Ante este suceso, el líder paquistaní Imran Khan calificó el incidente como un «día de vergüenza» para su país.
Un colaborador local comentó: «El mundo se ha visto sacudido por la noticia de un hombre de Sri Lanka asesinado brutalmente en Pakistán por atreverse a hacer su trabajo, que fue interpretado como un acto de blasfemia. Esto provocó que se formara una turba que lo mató con furia. Así que, finalmente, ha hecho falta que un extranjero sea atacado para que el mundo se dé por enterado. Este incidente puede acabar obligando a los legisladores y a las autoridades paquistaníes a reconocer los peligros de la ley de blasfemia y lo trágico de su impacto y el detonante mortal en que se convierte para iniciar la turba».
Señor, ante un hecho tan brutal, te pido que consueles a la familia y demás conocidos de Priyantha. Te ruego que tu paz, que va más allá de todo entendimiento, les acompañe en estos momentos difíciles. También te pido que ayudes a que las autoridades encuentren a los culpables y actúen con justicia. Amén.