Historias India | 31 agosto 2021

Rajesh

Rajesh es un colaborador local de Puertas Abiertas en India que ha estado apoyando a los cristianos perseguidos durante más de una década.

 

 

Rajesh: «En tiempos difíciles, Dios ha sido bueno»

«No teníamos ni idea de que el año sería así», dice Rajesh, hablando en nombre de todos mientras echamos la vista atrás. «Al principio, las cosas nos parecían muy inciertas. De repente todo se detuvo, se sintió como si todo se derrumbara. No se nos permitió mudarnos, ni tampoco salir de casa; estábamos “bajo arresto domiciliario”. No sabíamos qué pasaría después, estábamos tan desconcertados y confundidos».

Rajesh

Sarata se viste con el vestido tradicional y con pendientes de oro que cuelgan de sus orejas. Se ha puesto la mejor ropa que tiene para la entrevista. Continúa llevando su anillo de boda, aunque su marido lleva muerto varios años. La vida la ha convertido en una persona seria. Sus palabras son pocas mientras se apoya en la pared de barro, respondiendo nuestras preguntas. En su regazo tiene dos artículos: una tela doblada y hojas de papel azul. Estos productos (el anillo de boda, la tela y un papel de color azul) podrían parecer insignificantes para algunos, pero estas cosas son las que le quedan de su marido y su hija, a quienes perdió a causa de Boko Haram.

Sarata parece mucho más mayor de lo que es en realidad. Trabajar durante años fuera la han hecho una mujer fuerte de 55 años, y sus profundas arrugas de la cara muestran cuantas pruebas ha sufrido. A causa de la insurgencia de Boko Haram, los últimos 6 años de su vida han sido una cruel batalla.

El gobierno de India aprobó el confinamiento nacional el 24 de marzo de 2020 para evitar la propagación del Covid-19. Se trató del confinamiento más grande del mundo, ya que se ordenó a 1.300 millones de personas que se quedaran en casa.

Si bien algunas restricciones comenzaron a levantarse a finales de abril, y se han levantado más con el paso del tiempo, las áreas con un alto número de infecciones han seguido enfrentándose a restricciones.

«Por un momento nos sentimos desesperados.»
 

«¿Cómo podríamos llegar a los cristianos perseguidos?»

Rajesh

«Le damos gracias a Dios porque teníamos teléfonos y otros dispositivos con los que pudimos conectarnos».

Afortunadamente, no pasó mucho tiempo antes de que Rajesh pudiera obtener permiso para viajar de nuevo, y él era uno de los colaboradores locales de Puertas Abiertas que llevaban ayuda alimentaria vital a los creyentes durante la pandemia. Muchos cristianos no pudieron trabajar durante ese tiempo.

Ora con Rajesh

Rajesh nos pide que continuemos orando para recibir aliento para él y otros que están sirviendo a los creyentes perseguidos. «Si no te animas, te volverás insensible, así que ora para que el Señor nos anime todos los días y nos dé nuevas visiones para llegar a la iglesia perseguida».

También pide oración por los niños y jóvenes de la India. «Todos nuestros hijos están ahora en casa y muchos de ellos tienen que tomar decisiones importantes en esta etapa de sus vidas. Esta pandemia realmente los ha desconcertado y no pueden decidir qué hacer. Están luchando, por eso puedes orar por la educación de nuestros niños en la India, para que el Señor les abra las puertas».

Cuando se le pregunta sobre sus esperanzas para el año que viene, Rajesh dice: «Creo que esta será también tu esperanza: ¡un mundo libre de Covid-19!»

Esto provocó que se quedaran sin ninguna fuente de ingresos para comprar los alimentos que necesitaban. Cuando se distribuyó la ayuda del gobierno, con frecuencia los líderes de la comunidad les ignoraban por causa de su fe.

Muchas de las iglesias de la región han sido incendiadas, y sus pastores han sido asesinados o desterrados. Los creyentes sobreviven como ovejas sin pastor. Hamadou es uno de los los líderes de las pocas iglesias que han quedado y conoce muy bien estas batallas.

«No estaban seguros de qué comerían en el mañana», dice Rajesh. «Cuando llegamos a ellos con paquetes de comida, muchos de ellos comenzaron a llorar y a decir que era la respuesta a sus oraciones. Agradecieron al Señor diciendo: Vosotros habéis sido enviados por el Señor en estos tiempos cruciales, y esto ha fortalecido nuestra fe en Él porque ha respondido a nuestras oraciones».


Cuando le preguntamos si tenía miedo de contagiarse del virus, Rajesh respondió: «¡Sí, por supuesto!» Pero el miedo no fue suficiente para impedir que llevara a cabo su trabajo diario. «Manteníamos todas las medidas de seguridad, mascarillas, guantes y todo lo que se requería. Pero más que eso, nuestra oración solía ser: Señor, si estamos en tu seguridad, nada nos podrá hacer daño».

Afortunadamente, esas oraciones fueron respondidas. «Me alienta mucho que ninguno de nosotros, los que participamos directamente en la distribución de socorro, se haya contagiado del virus. Incluso en aquel momento difícil, Dios fue bueno».

Un cambio radical

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Al principio, Rajesh y otros miembros de su equipo esperaban que la pandemia ayudara a prevenir la persecución; después de todo, nadie podía salir y las iglesias no podían abrirse. «Sorprendentemente, (la persecución) comenzó a aumentar, especialmente en las áreas remotas», explica Rajesh. «Incluso en la pandemia, cuando se suponía que la gente no debía salir, (los cristianos) fueron atacados brutalmente, sacados de sus hogares».

 

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Rajesh cuenta la historia de un creyente que fue asesinado en 2020. Este creyente había sido miembro de un grupo extremista y fue encarcelado por sus crímenes violentos. Pero comenzó a buscar a Dios mientras estaba en prisión hasta que finalmente se convirtió en cristiano. « Se convirtió en un cristiano de una manera tan poderosa que comenzó a influir en su área local. Cuando era malo, nadie levantaba la voz contra él, pero cuando supieron que empezaba a seguir a Cristo, todo el pueblo comenzó a oponerse a él. Fue brutalmente golpeado, incluso una vez lo expulsaron de su propia casa con su esposa y cuatro hijos pequeños».



Le preguntamos: «Hermano, ¿por qué no te vas de ese lugar?» Entonces él contestó: 

«Hermano, Dios me ha llamado a este lugar. Aún si muero, iré a encontrarme con Jesús».

Rajesh fue a reunirse con la esposa del hombre y quedó asombrado por su coraje. «Ella vino con sus cuatro hijos y no parecía estar asustada. Fue asombroso. Había rayos de gloria saliendo de su rostro. Cuando le preguntamos si quería irse a otro lugar, contestó: “Continuaré con el trabajo que mi esposo y yo empezamos. Si quieren matarme, pueden venir y hacerlo. No me preocupo porque me maten, sino por las almas que Dios nos ha dado en este pueblo”. Empezamos a llorar. Nos sentimos muy pequeños ante esa fe».

Rajesh dice que oró diciendo: «Podemos pensar que somos los proveedores, que estamos dando materiales de ayuda a los creyentes. Pero Señor, cuán grandes son estas personas en realidad. Están dispuestas a morir y sufrir por ti».