Nuestros colaboradores locales en el sur de Filipinas se reúnen mensualmente para contar cuentos a los niños de la comunidad, con calidez y dedicación, y con el apoyo de Puertas Abiertas. Se trata de una forma de compartir el mensaje del Evangelio que está cambiando las vidas de estas preciosas almas jóvenes.
Uno de estos niños, Sabi*, encontró una profunda conexión con la historia de la Torre de Babel. Compartió sus pensamientos más sinceros, diciendo: «A Dios no le gusta la arrogancia de los hombres; debo humillarme ante Dios porque le amo». Shamil*, uno de los jóvenes participantes, también compartió el impacto que la narración ha tenido en su vida: «Cuando asistí a la narración, mi actitud y mi carácter se transformaron». Se revela el poder profundamente conmovedor de estas reuniones para cambiar las vidas de los jóvenes para la gloria de Dios.
«Estas jóvenes almas buscan la luz del amor, la compasión y la comprensión a través de las historias bíblicas».
Faith, colaboradora local
Faith*, colaboradora de Puertas Abiertas, nos cuenta: «Cuando visité a los niños durante su sesión de cuentacuentos, fui testigo directo de su determinación y valentía. Estas jóvenes almas buscan la luz del amor, la compasión y la comprensión a través de las historias bíblicas que comparten entre sí».
La emoción en los rostros de los niños era palpable. Ansiosos por recitar y repetir las historias que habían aprendido de memoria, cada niño se turnaba para contar los cuentos con alegría y entusiasmo. Su pasión y compromiso con las historias iluminaban la sala, fomentando un sentimiento de unidad y esperanza.
Alira, una de las sacrificadas maestras de las sesiones de cuentacuentos, compartió su experiencia, llena de pasión y amor por el Evangelio y los niños: «Cada vez que me encuentro con los niños y veo sus sonrisas y su entusiasmo, me siento animada, a pesar de las amenazas de muerte, a perseverar y seguir sirviendo a Jesús». Su inquebrantable dedicación frente a la adversidad es un testimonio del poder de la fe y el amor, que inspira tanto a los niños como a quienes la rodean.
A medida que los niños invitan a sus amigos a unirse al viaje, contribuyen a la unidad de su comunidad, traspasando las diferencias religiosas y culturales. Su conmovedora historia es un testimonio del poder de la fe y de cómo puede crear un futuro mejor para todos, incluso ante la adversidad.
*Nombres cambiados por motivos de seguridad.
Señor, te doy las gracias por estos niños que han encontrado fe y esperanza en ti. Oro para que tú sigas aumentando su fe y que, a través de ellos, muchos puedan conocerte. Te pido por los maestros, para que les fortalezcas y no desfallezcan. Amén.