Lo que se suponía que iba a ser una feliz ocasión para celebrar su unión se convirtió en un desastre, después de que la pareja formada por Nhia* y Hang*, dos cristianos recién convertidos del noroeste de Vietnam, se opusiera a las creencias de su pueblo.
«Aunque nos echen o nos peguen, no renunciaremos a nuestra fe»
Nhia, cristiano vietnamita
Durante su ceremonia de boda, la familia y los parientes de la pareja les obligaron a hacer ofrendas y a venerar a sus antepasados como parte de sus tradiciones. Cuando la pareja se negó en redondo a hacerlo, por considerarlo una desobediencia y una deshonra a Dios, la familia de Nhia montó en cólera y le propinaron una fuerte paliza en la espalda. Ambos fueron expulsados del pueblo unos días más tarde, llevando de equipaje tan solo algunas prendas de ropa.
«Aunque nos echen o nos peguen, no renunciaremos a nuestra fe. No volveremos a nuestras antiguas creencias», afirma Nhia.
«El lugar donde vive Nhia es un foco de persecución. A los nuevos conversos se les obliga a renunciar a su fe. Los vecinos les amenazan con agresiones verbales y físicas. Nhia y su esposa se alojan ahora en una iglesia local, que también se ocupa de sus necesidades espirituales y cotidianas. Los miembros de la iglesia planean construir a la pareja una pequeña casa donde puedan alojarse cómodamente mientras forman su familia», afirma Isaac*, colaborador local de Puertas Abiertas.
*Nombres cambiados por motivos de seguridad.
Señor, te doy gracias por fe de los nuevos creyentes como Nhia y Hang. Oro para que tú proveas todo lo que ellos necesitan y los lleves a un lugar en el que puedan crecer como tus hijos y como familia. Guárdalos de nuevos ataques y represalías. Amén.