Stephen Masih, que padece una enfermedad mental, fue detenido el 11 de marzo de 2019, después de que los vecinos musulmanes le acusaran de blasfemia tras una disputa con él y su familia [Fides].
Cuando una turba atacó a Stephen y a su familia e incendió su casa, la policía intervino y lo detuvo acusado de haber blasfemado contra el profeta Mahoma, un cargo que conlleva la pena de muerte o la cadena perpetua.
Stephen, al que desde entonces se le ha diagnosticado un trastorno bipolar, fue puesto en libertad bajo fianza por el Tribunal Superior de Lahore el 31 de mayo.
«Esta decisión del tribunal es una victoria para la verdad y la justicia, ya que Stephen estuvo en prisión por un delito que nunca cometió», declaró su abogado al sitio de noticias católico Fides. «Hubo un falso testimonio. Tras su puesta en libertad bajo fianza, seguiremos esforzándonos para que sea declarado inocente y finalmente absuelto», dijo.
Los expertos en derechos humanos de la ONU habían pedido su liberación en octubre.
Según las leyes paquistaníes contra la blasfemia, insultar «el nombre sagrado del Santo Profeta Mahoma» se castiga con la muerte.
Ahora que está en libertad, preocupa la seguridad de Masih. «Una vez que una persona es acusada de blasfemia en Pakistán, su vida está siempre en riesgo y en peligro», dijo a la Agencia Fides un sacerdote que sirve a la Archidiócesis de Karachi. Los cristianos absueltos anteriormente de blasfemia se han visto obligados a abandonar el país al no poder garantizarse su seguridad.
Tras ser absueltos de blasfemia el año pasado, Shaguftah Kausar y su marido discapacitado huyeron a Europa. Aasiya Noreen, conocida como Asia Bibi, se trasladó con su familia a Canadá tras ser absuelta de los cargos de blasfemia en 2019.
En enero, el Tribunal Supremo de Pakistán ordenó la liberación bajo fianza de Nadeem Samson, un hombre cristiano que había estado detenido por cargos de blasfemia durante más de cinco años. AsiaNews informó en diciembre de que sus familiares estaban escondidos o habían abandonado el país.
Según las leyes paquistaníes contra la blasfemia, insultar «el nombre sagrado del Santo Profeta Mahoma» se castiga con la muerte. Hasta ahora no se ha ejecutado a nadie en virtud de esta ley, pero las leyes contra la blasfemia se utilizan a menudo para ajustar cuentas o para atacar a quienes pertenecen a una de las minorías religiosas del país. Las leyes «afectan especialmente a la minoría cristiana, dado su porcentaje global de población, no sólo a los pobres», según el informe del país de Puertas Abiertas.
Señor, te doy gracias por la liberación de Stephen Masih, al mismo tiempo que te ruego por la de otros que continúan en prisión por causa de su fe. También te ruego que Tú levantes a tu iglesia y la hagas permanecer firme frente a la persecución. Amén.