Healing through the Bible (Curación a través de la Biblia), es un método utilizado en Irak para sanar a los traumatizados del país, y sí, a veces los hombres lloran. Por ejemplo, en una de las ciudades del centro de Irak. Jubran, de 28 años, es gerente del llamado Pool of Siloam Ecumenical Centre, un centro de esperanza que acoge entre 350 y 500 personas de todas las edades.
A través de todas las actividades que allí se ofrecen, quieren ayudar a los participantes a sanar sus heridas. Las actividades pueden ser de todo tipo, desde fútbol a un tiempo de devocional, desde conversaciones individuales a actividades creativas en grupo. En el centro, se anima a las personas que participan en las actividades de discipulado a leer libros cristianos que también hablan de curación. Jubran: «Queremos ayudar a la gente a recuperarse del trauma en el que se encuentran. Irak ha pasado por muchas guerras».
«Jesús lloró… Está bien llorar».
Jubran se siente llamado por el Señor para el ministerio que tiene ahora. «Hubo una visión, un mensaje de Dios, una llamada. Un día abrí los ojos y me vi involucrado en este trabajo». Pero Dios comenzó a prepararlo ya mucho antes, en 2014, cuando se produjo el desplazamiento de la llanura de Nínive porque ISIS tomó el control de esa región.
Unos 120 000 cristianos huyeron a lugares más seguros como Erbil y a esta ciudad. «Pronto pusimos en marcha una iniciativa para ayudar a esas personas. Empezó en Facebook, intentando movilizar a la gente para ayudarles. Esas personas no tenían nada, así que empezamos a llevarles lo que teníamos para ayudarles».
Para Jubran este fue el comienzo de su implicación con las personas vulnerables. «Más tarde, hice un curso con el padre Daniel en el norte del país donde nos preparamos para este trabajo. En 2019, con el padre Daniel y mi amigo Hani, pusimos en marcha este centro en el sur, ya que vimos que era necesario. Teníamos, y tenemos, un gran equipo de jóvenes que nos ayudan».
La historia reciente de Irak tiene todos los ingredientes para dejar traumatizados a muchos iraquíes. «Hemos tenido tantas guerras, toda mi vida hubo guerra y guerra civil». Por supuesto, ha habido épocas sin guerra, pero en esos periodos los atentados terroristas se sumaron al trauma de la gente.
Todos los trabajadores del centro reciben formación antes de empezar a trabajar allí. En el centro, Jubran acoge a niños, hombres y mujeres, adultos y adolescentes. «Ofrecemos muchas actividades, pero nuestro objetivo principal es llevar el mensaje de curación de la Biblia. En todas nuestras actividades abrimos la Biblia». A veces hay obstáculos culturales. «En nuestra cultura, sobre todo los hombres, no deben llorar. Intentamos enseñarles que está bien llorar. Incluso Jesús lloró, se lo enseñamos en la Biblia. Jesús lloró, por ejemplo, cuando perdió a su amigo».
Jubran afirma que su personal no se limita a enseñar esto, sino que también lo hacen ellos mismos. «Cuando decimos que la gente debe expresar sus sentimientos, en primer lugar, tenemos que hacerlo nosotros mismos. Lloramos con ellos, no podemos enseñar algo que no hacemos nosotros mismos».
«Cada día veo los resultados de nuestro trabajo en la vida de la gente. Esperamos que esto no haga más que crecer. También lo veo en la vida de nuestro personal. Se ve un gran cambio en sus vidas desde que se incorporaron en 2019, ellos han cambiado a mejor».
El personal se cuida mutuamente, ya que todos oyen casi a diario las duras historias de las personas que acuden al centro. «Oímos muchas cosas. Hablamos entre nosotros, porque esas cosas también nos afectan. Nosotros mismos necesitamos ayuda, somos como ellos [las personas que participan en las actividades]. Les ayudamos, pero también nos ayudan, es una especie de círculo. Es un círculo complicado, cuando ayudo a alguien no sé de quién voy a recibir ayuda cuando la necesite».
¿Por qué Healing through the Bible? «La Biblia habla mucho sobre el trauma y sobre cómo ayudar a las personas que lo sufren. De la Biblia podemos aprender a lidiar con nuestro dolor, a vivir en paz». Jubran da un ejemplo de un versículo de la Biblia que le ayudó a hacer este trabajo. «Es 2 Reyes 7:9, “Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos, pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey”. Nosotros como cristianos tenemos mucho que dar, pero a menudo nos callamos. El mensaje de Dios para mí, para todos nosotros, es que no sólo vivimos para comer y trabajar, sino que estamos aquí para ayudarnos unos a otros. Tenemos que dar ayuda y amor a los demás, a la gente que sufre, a la gente necesitada». Eso es exactamente lo que Jubran y los otros dos fundadores del centro hacen.
Jubran cuenta algunas historias de personas que se benefician del trabajo del centro. «Un niño que perdió a su madre en un accidente de coche. Iba caminando con su madre cuando de repente la atropelló un coche, esto traumatizó al niño. Empezó a aislarse, no iba al colegio, ya no salía de casa. Le invitamos al centro, no vino. Fuimos a su casa a visitarlo, le contamos lo que hacíamos y cómo podíamos ayudarle. Efectivamente, vino. Empezó a implicarse de verdad y ahora vemos un gran cambio en su vida. Ahora es una persona nueva».
«Escuchamos muchas historias, niños que perdieron a ambos padres, padres que perdieron hijos o hijas, personas que perdieron hermanos o hermanas a causa de bombardeos o accidentes. Pero también todos aquellos que estuvieron desplazados durante mucho tiempo. Algunos se hacían preguntas como “¿Dónde está Dios? ¿Por qué no interviene?” Algunos incluso dejaron de creer. Utilizando la Biblia, podemos ayudarles a encontrar respuestas, a descubrir por qué ocurren las cosas en nuestras vidas».
«Jesús nos llamó porque creyó que seríamos capaces de dar esperanza».
A través del centro, que tiene actividades de tres a cinco días a la semana, Jubran y los demás están difundiendo esperanza. «Por eso Jesús nos llamó. Él creyó que seríamos capaces de dar esperanza, nos dio un mensaje para la gente. Espero que el trabajo se multiplique, que haya más gente en más lugares ofreciendo esta ayuda. Puede que en Irak haya ahora unas 100 personas haciendo esto, pero hay millones que necesitan esperanza, curación».
En Irak ahora hay 150 centros de esperanza, iglesias que quieren marcar la diferencia en su entorno. ¿Estarás con esos iraquíes que sirven al Señor sirviendo a la gente de su entorno? ¿Ayudarás a discipular, a sanar, a llevar esperanza, a ofrecer diversión a los niños?
A la pregunta de qué deberían orar por él los cristianos de todo el mundo, Jubran responde: «Para que Dios me dé a mí y a los demás el poder para ayudar, que nos dé paciencia y amor, para que podamos dar amor a la gente». Y añade: «No hay palabras suficientes para expresar lo agradecido que estoy a los que dan para este centro, podemos ayudar y ofrecer sanidad a través de la Biblia porque nos ayudáis. Gracias».
En los últimos ocho años, los colaboradores locales de Puertas Abiertas han abordado el estigma de la atención a la salud mental entre la comunidad cristiana de Irak. Ahora hay tres centros de atención postraumática en funcionamiento, así como una escuela de asesoramiento de dos años para cristianos que ejercen profesiones en las que se encuentran personas traumatizadas.
Los colaboradores locales de Puertas Abiertas seguirán caminando al lado de la comunidad cristiana de Irak. Con tu apoyo permitimos que la iglesia local sea un faro de esperanza en este país devastado por la guerra. Más de 30 cuidadores participan actualmente en la escuela de atención postraumática, de dos años de duración. También organizamos cursos para crear consciencia sobre el trauma, conferencias y retiros para cristianos locales. Los tres centros de atención postraumática que se crearon con nuestra ayuda también reciben apoyo con recursos prácticos.