Mientras que los cristianos inmigrantes disfrutan de una libertad relativa, los cristianos de trasfondo musulmán son perseguidos por sus familias.
Opresión islámica: Especialmente en las áreas rurales, los cristianos de trasfondo musulmán pueden llegar a ser retenidos en sus hogares por sus propias familias, entre otras consecuencias. A nivel político, los partidos islamistas siguen influyendo en la sociedad Sin embargo, Túnez se encuentra en una encrucijada en la que debe decidir entre mantener el islamismo o avanzar hacia los principios laicos, como es la tendencia en el norte urbanizado, mientras que el sur rural sigue siendo conservador. Los radicales islámicos, muchos de ellos vinculados a redes criminales, propagan el miedo por todo el país.
La persecución en Túnez se debe principalmente a la hostilidad general hacia los cristianos que se manifiesta en la sociedad islámica. Aunque, en términos relativos, el Estado se ha vuelto más tolerante con los cristianos desde la primavera árabe, hay una creciente influencia de las enseñanzas islámicas radicales. Los extranjeros en Túnez gozan de gran libertad religiosa, pero no pueden participar en actividades evangelísticas. Los cristianos tunecinos de trasfondo musulmán sufren persecución por parte de parientes y de la comunidad en general, y es muy difícil que las autoridades estatales reconozcan su conversión al cristianismo oficialmente.
La mayoría de cristianos tunecinos de trasfondo musulmán optan por ocultar su fe y no pueden adorar a Dios abiertamente ni vivir sus vidas como cristianos. La hostilidad y la presión a la que se enfrentan por parte de la sociedad en general hace que sea peligroso compartir su fe con sus familiares, vecinos, amigos o compañeros de trabajo. También les resulta difícil reunirse en comunidad dados los riesgos que implicaría esta exposición pública.