En el comunicado, el Obispo Dr. Thomas Schirrmacher, Secretario General de la WEA dijo:
«Estamos muy preocupados por los acontecimientos recientes en Afganistán y las nefastas perspectivas para todos aquellos que no encajan en la visión talibán de la sociedad. Las mujeres, que se encuentran entre los que más tienen que perder, probablemente volverán a verse impedidas de disfrutar de los derechos básicos, como la educación terciaria, las carreras profesionales e incluso la libertad para desplazarse por su cuenta. De lo que se informa menos es de la situación de las minorías religiosas, incluidos los cristianos, que han sufrido una grave opresión durante los últimos veinte años y que ahora corren un riesgo aún mayor.»
La mayoría de los cristianos que viven en Afganistán son cristianos convertidos del islam. Este hecho les pone en una posición de especial vulnerabilidad debido a que, para esta religión, no existe la libertad de conversión del islam a otra religión, sea cual sea. Los convertidos son considerados infieles y merecen la muerte.
En la Lista Mundial de la Persecución publicada cada año por Puertas Abiertas, Afganistán se encuentra en la segunda posición siendo superada solo por Corea del Norte en su índice de persecución. Este hecho nos muestra hasta qué punto ya estaban en una posición de vulnerabilidad los cristianos afganos. Con la conquista del país por los talibanes, la situación de los cristianos no puede hacer más que empeorar.
La sociedad afgana está estructurada por clanes, lo cual le da una gran importancia a la familia en la situación de los cristianos afganos. El primer punto de vigilancia entre los musulmanes afganos para detectar a los cristianos es la familia. Ninguna familia quiere sufrir la deshonra de tener un miembro infiel. Por lo tanto, cuando se descubre que un miembro de la familia se ha convertido al cristianismo, la familia se preocupa mucho. Toman medidas de inmediato. La persona convertida puede ser presionada de diversas maneras para volver al islam.
En el estudio de la persecución, se ha confirmado que la persecución contra los hombres y las mujeres difiere debido a los puntos débiles de cada sexo. Por ejemplo, en el caso de la mujer; ella puede ser vendida a la prostitución o como esclava, se le puede negar la comida el agua o la atención médica, se le puede encerrar en una habitación, golpear con severidad, quemarla o maltratarla sexualmente. En cambio, al hombre se le puede someter a abuso verbal, encarcelamiento, tortura, abuso sexual, y llegar hasta la amenaza de muerte.
La familia inmediata es el punto de inicio de esta persecución. Sin embargo, si la familia de primer grado no toma medidas (se muestra tolerante con el convertido), el clan puede entrar en acción o alguien puede avisar a las autoridades para que tomen medidas. Todas éstas son consecuencias para los convertidos antes de la toma de Afganistán por los talibanes. Así que la situación de un cristiano antes de los acontecimientos de estos días era grave y de extremo peligro. Un cristiano de la región, viendo los acontecimientos afirmó que la situación para los cristianos ha empeorado 10 veces más.
Sumado al peligro de ser descubierto, se encuentra la falta de cobertura espiritual de los cristianos. Como no pueden ser descubiertos bajo ningún concepto, no se pueden reunir con facilidad para animarse mutuamente. La mera asociación con un cristiano es prueba suficiente para marcar a uno como cristiano y someterlo a la presión para que abandone su fe (si la tuviera).
Dos cristianos pueden vivir en la misma ciudad y no saber nada el uno del otro. Esto hace que sea sumamente peligroso reunirse con otro cristiano. Una cita a ciegas puede llevar a un cristiano a delatarse a sí mismo ante un espía. Por lo tanto, los cristianos no se fían el uno del otro al no saber con quién están tratando. A los cristianos descubiertos se les aplica la ley islámica de forma rápida y silenciosa para no atraer atención internacional sobre sus acciones contra la libertad religiosa.
En el ámbito de la familia, los cristianos no se pueden casar legalmente porque solo se reconocen matrimonios musulmanes. Los hijos nacidos de ese matrimonio son considerados musulmanes y reciben documentación indicando su creencia islámica. A su vez, un padre que se atreva a enseñar a su hijo acerca de su fe cristiana se expone a que éste lo delate sin darse cuenta.
En el caso de la conversión de una parte del matrimonio, la otra será presionada para presentar el divorcio al converso. En un caso de divorcio, el cristiano se encuentra ante el dilema de perder la custodia de sus hijos y probablemente se quedará sin poder verlos también.
En el ámbito religioso, el cristiano se enfrenta al dilema de participar en actividades islámicas para no ser descubierto o no participar a riesgo de ser acusado de ser un infiel.
Los lazos de control sobre los ciudadanos en este país son extensos y transversales. Lo cual hace que la vida para un cristiano en Afganistán sea una vida realmente difícil de vivir. El riesgo de ser descubierto y castigado es muy alto. Ahora, con los acontecimientos de los últimos días, no podemos esperar más que la presión aumente dificultando aún más, si se puede, las condiciones de vida de los cristianos.
Esta es la razón principal por la cual la Alianza Evangélica Mundial y la Alianza Evangélica Española en particular, lanza una invitación global a la oración a favor de los cristianos en este país. La oración es la acción de pedir a Dios que actúe en favor de ellos. Sabemos que a Él le interesa más que a nadie la extensión del mensaje del evangelio en todo el mundo. Nuestra labor de oración es clave en la consecución de este objetivo.