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Al recorrer las instalaciones de la escuela observamos que había un profundo respeto por la palabra de Dios. El establecimiento se fundó en 1962 por un grupo de cristianos menonitas estadounidenses, en las afueras de la ciudad de Belén.
Su misión era proveer la mejor calidad educativa, basada en la fe, para los niños pobres y vulnerables. “Este sigue siendo el objetivo” dice Khader Saba, presidente del consejo de la escuela secundaria. Cuando los menonitas transfirieron el control de la escuela a un consejo aconfesional de cristianos árabes locales la misión se mantuvo sin cambios.
En la iglesia, llena de pinturas religiosas y versículos bíblicos, Khader lucha para que se pueda mantener la identidad a pesar de que el cristianismo es una comunidad decreciente en la Ribera Occidental. “Muchos cristianos palestinos han abandonado el país en las últimas décadas. Sin embargo, la coexistencia, la tolerancia, el amor y el perdón son los principales valores que intentamos sembrar en nuestros estudiantes. Más allá de su origen, el personal y los estudiantes participan en el devocional diario que realizamos en la iglesia” agrega Khader. “Los pastores y los profesores de distintas denominaciones nos visitan para predicar y tratar varios aspectos de la vida”
Según Khader, la escuela aspira a ser una comunidad armonizada donde los estudiantes de distintos orígenes vivan en paz, amor y entendimiento. “Tratamos de dotar a nuestros estudiantes de actitudes positivas para con su vida y vecinos”, explica. “Al hacer esto, fijamos un ejemplo en el habla, la conducta, el amor, la fe y la pureza, como dice 1 Timoteo 4:12.”
La fuerte convicción de Khader es que estos valores cristianos son la razón principal por la cual muchos padres eligen esta escuela. “Escuchamos que el comportamiento de los estudiantes graduados se ha hecho más pacífico y que son más capaces de vivir juntos en la sociedad”.
Puertas Abiertas y otras organizaciones cristianas han provisto becas para estudiantes de la escuela por mucho tiempo. El fundador de Puertas Abiertas, el Hermano Andrés, tomó esta iniciativa cuando visitó Belén en 1981. Desde ese entonces ha visitado el establecimiento varias veces.
