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Se ha celebrado un seminario en uno de los países de Asia Central. El tema fue cómo recibir enseñanza de la iglesia. Asistieron 25 creyentes (jóvenes) de 6 iglesias domésticas. Estas son algunas de las respuestas que recibimos:
«Gracias a Dios, el seminario ayudó a renovar, Dios ayudó a encender el amor en mí que había olvidado. Comprendo que no hay más consuelo que Dios. Dios es mi poder, mi vida, mi consuelo, ¡Él es mi Vida!»
«Me gustó el seminario; ¡fue impresionante para mí! Quiero tales hermanos y hermanas que se preocupan, una iglesia en casa, tal grupo de glorificaciones, compañeros de clase - iluminado por el hecho de que, voy a orar por mis compañeros. Gracias a todos, ¡los quiero a todos, hermanos y hermanas!»
«Me arrepentí hace 20 años, y me dijeron que dedicara toda mi vida a Dios, y tuve miedo. Hoy he dedicado toda mi vida a Dios».
«¡Estoy agradecido a Dios por la renovación! Llevo 12 años sirviendo en el Reino de Dios. A lo largo de los años he olvidado muchas cosas, me he vuelto obsoleta, a lo largo de los años de servicio. Aquí recibí tal fuego, ¡ahora con tal fuego serviré a Dios hasta los 80 años!»
