Un hombre permanece fuera de la casa, vigilando por si vienen atacantes. De las ventanas abiertas, sale música.
Los que están dentro se sientan en sillas de plástico y se ponen de pie para cantar y adorar a Dios.
La letra está en un idioma local, pero la melodía es muy conocida mundialmente.
«He decidido seguir a Cristo, he decidido seguir a Cristo...».
El grupo acaba la canción en voz baja:
«No vuelvo atrás, no vuelvo atrás».
Los cristianos reunidos en esta casa se atreven a vivir su fe y alabar a Dios en el estado indio de Manipur, donde la violencia etnorreligiosa mató a cientos de personas y dejó muchas casas e iglesias quemadas y reducidas a escombros en mayo del año pasado. Miles de cristianos se vieron obligados a huir, y otros como ellos perdieron su lugar de culto.
Esta congregación en concreto está formada por cristianos del pueblo meitei. Se trata del grupo más numeroso de Manipur, donde la mayoría son hindúes. Cuando empezaron los enfrentamientos el verano pasado, en gran parte entre los meitei y la tribu de mayoría cristiana kuki, los cristianos de esta primera tribu se quedaron atrapados en medio del conflicto.
Por un lado, eran meitei, por lo que su etnia los convertía en objetivo de los extremistas kuki. Pero por otro lado, eran cristianos y su fe los convertía en blanco de los extremistas hindúes de su propio pueblo.
Esta peligrosa dicotomía tan presente en India estalló cuando los extremistas religiosos tradicionales quemaron el edificio de su iglesia.
Uno de los miembros de la iglesia abrió una casa que había construido para su hijo, cediéndola para que la iglesia pudiera seguir reuniéndose. Los creyentes que celebran ahora el culto en este hogar saben que corren el riesgo constante de sufrir otro ataque, por lo que ponen a un vigilante constantemente durante sus actividades.
Y a pesar del peligro de la persecución, siguen cantando.
La canción que eligieron para su culto fue extraordinariamente apropiada. Los cristianos de todo el mundo cantan «He decidido seguir a Cristo», pero este himno tiene sus raíces en la India y tiene su origen en la Iglesia perseguida.
«Cuando cantan una canción tan familiar para muchos de nosotros, nos recuerdan el precio de seguir a Jesús junto con las promesas y la fidelidad de Dios»
«He decidido seguir a Cristo» es un himno clásico del siglo XX para cristianos de muchas denominaciones. Billy Graham lo utilizaba con regularidad durante sus masivas campañas cristianas, lo que impulsó la popularidad de la canción. En las denominaciones que enfatizan la conversión personal y una decisión íntima en torno a la salvación, la canción se ha convertido en un componente clave de muchos cultos.
Sin embargo, no se utilizaba originalmente en esos contextos. Los detalles varían (hablaremos de ello más adelante), pero la mayoría de las fuentes coinciden en que el himno procedía originalmente de India, concretamente de la región de Assam, en la parte que ahora se conoce como el estado indio de Meghalaya.
Se cree que la melodía tiene su origen en una canción popular india; en los himnarios modernos a esta melodía se la llama simplemente «Assam».
En cuanto a la letra, existe cierta discrepancia. Un autor y misionero indio, el Dr. Peramangalam Porinju Job, afirma que la letra procede de las palabras de un hombre llamado Nokseng. Él era un cristiano converso del noreste de India, y su comunidad intentó por todos los medios obligarle a renunciar a su fe en Jesús. El Doctor Job lo cuenta así:
«El jefe de la aldea convocó a todos los habitantes. Una vez estaban todos presentes, ordenó a la familia que se había convertido al cristianismo que renegaran de su fe en público o se enfrentaran a su ejecución. Movido por el Espíritu Santo, el hombre cantó su respuesta: ‘He decidido seguir a Cristo. No vuelvo atrás’.
Enfurecido por la negativa del hombre, el jefe de la aldea ordenó a sus hombres que dispararan a sus dos hijos. Mientras ambos yacían retorciéndose en el suelo, el jefe de la aldea le dijo: ‘¿Vas a renegar ahora de tu fe? Has perdido a tus dos hijos. Perderás también a tu mujer’.
Pero el hombre respondió, cantando de nuevo: ‘La vida antigua ya he dejado. No vuelvo atrás’.
El jefe se puso furioso y ordenó que asesinaran también a su mujer. En ese momento le volvió a decir: ‘Te daré una última oportunidad, reniega de tu fe y te dejaré vivir’.
A las puertas de la muerte, el hombre cantó: ‘La cruz delante, el mundo atrás. No hay vuelta atrás’. Y así, Nokseng murió fusilado como el resto de su familia».
Es una historia impactante, ¡y refleja muchas de las historias que les están sucediendo a nuestros hermanos en India hoy en día!
Se atribuye a un misionero indio llamado Sadhu Sundar Singh el mérito de haber puesto música a las palabras de Nokseng.
Pero otras fuentes no están totalmente seguras de la historia de Nokseng (y dudan de que Singh escribiera la letra). Otra teoría es que Simon K. Marak, pastor y misionero en India, escribiera la canción como respuesta a la fidelidad de Dios durante las pruebas de su vida. Enseñó la canción a sus hijos y les instruyó para que la cantaran siempre que compartieran el Evangelio.
Independientemente de los detalles específicos de cuáles fueron sus orígenes, la canción «He decidido seguir a Cristo» tiene profundas raíces en la comunidad cristiana de India, y se ha convertido en una especie de lema para los cristianos perseguidos de todo el mundo.
Piensa en Kham*, colaborador de Puertas Abiertas en Laos. A pesar de los riesgos que corre por su fe, ayuda a los creyentes con apoyo espiritual y práctico. «He decidido seguir a Cristo porque Él me da esperanza. Sólo encontré esperanza en Él, así que decidí entregarle mi vida», asegura. Escucha a continuación su versión de esta canción de la Iglesia perseguida:
En el culto conmemorativo que se hizo dos años después en la Iglesia de Sión por los atentados del Domingo de Pascua de 2019 en Sri Lanka, las palabras del pastor fueron un poderoso recordatorio del trauma que aún persiste: «También debemos recordar a todos los que quedaron con alguna discapacidad y que todavía están lidiando con los efectos del incidente. Sólo Dios puede darles consuelo». Sin embargo, el coro de niños que cantó mostró la resiliencia de los cristianos perseguidos cuando entonaron «He decidido seguir a Cristo» tanto en inglés como en tamil.
Y en Nepal, Anisha y sus hermanas cantaron la canción como un testimonio. Cuando aceptaron a Jesús, sus padres las pusieron bajo arresto domiciliario durante seis años, y finalmente las expulsaron tras negarse a abandonar su fe. Las hermanas conocen el precio de su decisión, y aun así cantan «No vuelvo atrás».
Cristianos perseguidos de todo el mundo nos muestran que la fe en Jesús es algo más que una decisión o un acontecimiento puntual. Es una vida de fe que se aferra a la esperanza que ofrece nuestro Salvador, pase lo que pase. Cuando cantan una canción tan familiar para muchos de nosotros, nos recuerdan el precio de seguir a Jesús junto con las promesas y la fidelidad de Dios.
*Nombre cambiado por motivos de seguridad.
Señor, qué increíble ejemplo de fe resistente y de amor por ti en esta canción. Te pido que su letra sea una realidad en la vida de estos creyentes, que no vuelvan atrás y sepan que su decisión de seguirte merece la pena. Fortalece su fe, llénales de tu Espíritu y protege a todos estos cristianos perseguidos que han decidido seguirte, para que lo decidan cada día. En el nombre de Jesús, amén.